Sello del Departamento de Justicia

Comentarios preparados para el Secretario de Justicia de los Estados Unidos Alberto R. Gonzales para la Conferencia de la Red Libertad EE.UU.

Chicago, Illinois
15 de marzo de 2006

Buenas tardes.

Gracias por haberme invitado aquí esta noche. Valoro esta oportunidad de conversar sobre nuestra labor de ayudar a las víctimas del tráfico de personas.

Si dedicaran tiempo a pasear por Chicago, a apenas una distancia corta de aquí, encontrarían el hogar de John y Mary Jones.

Los Jones eran afroestadounidenses libres que se instalaron en Chicago para escapar a los malos tratos dispensados a los negros en el sur y buscar las oportunidades del sueño estadounidense. Sin embargo, nunca olvidaron o ignoraron las historias inquietantes de servidumbre y sufrimiento que dejaron atrás. Como una de apenas dos terminales de Chicago en el Ferrocarril Subterráneo, John y Mary Jones utilizaron su hogar para alojar y alimentar a esclavos fugitivos que huían al Canadá.

A fines del siglo 19, con los debates Lincoln-Douglas como telón de fondo, Chicago era una estación en un tren metafórico con la libertad como destino...y la jornada aquí representó las esperanzas y sueños de esclavos que habían conocido apenas el trabajo pesado, el cautiverio y el abuso.

Los esfuerzos valientes de los Jones y otros abolicionistas hacen que Chicago sea un lugar apropiado para que conversemos hoy sobre la lucha en curso contra el tráfico de personas y la servidumbre.

Si bien ha quedado atrás el período oscuro de nuestra historia en que la esclavitud era legal y ayudar a esclavos fugitivos era contra la ley, la servidumbre involuntaria no ha sido erradicada. Al reunirnos aquí para esta conferencia importante, estamos honrando nuestra obligación de ser representantes leales del legado de John y Mary Jones. Estamos renovando nuestro compromiso colectivo de abolir el tráfico ilegal de personas y liberar a las personas esclavizadas.

La labor de las organizaciones de servicios para víctimas es, de muchas formas, como el Ferrocarril Subterráneo de la época actual. Desde Nueva York a Los Angeles, y desde Houston a Chicago, ustedes extienden una mano a las víctimas en su momento de mayor necesidad. Valoro el compañerismo de todos en las líneas de fuego en la lucha contra el tráfico de personas.

Todos nosotros en esta sala hemos asumido el mismo compromiso: la erradicación de esta práctica vil que perjudica a personas desesperadas e inocentes a diario. Aunque algunos pueden no estar de acuerdo con ciertos aspectos del enfoque del Gobierno con relación a este asunto, también son muchas las áreas importantes en las que sí hay acuerdo. Es de eso que deseo hablar hoy.

Pocas personas no están de acuerdo en que el tráfico de personas es una de las prácticas delictivas más depravadas del mundo. Lo que posiblemente no sepan es la frecuencia con la que ocurre, incluso aquí, en los Estados Unidos.

Es difícil estimar con precisión el número de víctimas del tráfico en el mundo entero o, incluso, el número que cruza nuestras fronteras aquí, en los Estados Unidos. Sin embargo, una cosa está clara: una única víctima es demasiado. Como dijo el Presidente Bush, "La vida humana es un obsequio de nuestro Creador, y jamás debe venderse".

El Presidente Bush ha prometido su apoyo a esta labor, y yo he hecho de proteger los derechos civiles una de mis prioridades más altas en el Departamento de Justicia.

Sé lo que significa que el futuro de uno dependa de las oportunidades del sueño estadounidense. Debido a las batallas de mis antepasados, algunos de los cuales vinieron a este país de México, estoy especialmente horrorizado por los traficantes que atraen a sus víctimas con la esperanza de una vida mejor. No hay lugar en nuestra sociedad compasiva para esos vendedores ambulantes de promesas no cumplidas.

Como ustedes saben, la División de Derechos Civiles y la División de lo Penal, junto con los muchos asociados en todo el Departamento de Justicia y las comunidades de las fuerzas del orden público y las ONG, están tomando medidas enérgicas contra los traficantes de esclavos que tratan a las personas no con la dignidad que merecen, sino como mercancías a ser reclutadas, vendidas y explotadas. Siento orgullo al decir que nuestro trabajo conjunto ha logrado progresos reales.

Hoy, me complace anunciar que el Departamento de Justicia ha publicado un informe que detalla nuestros éxitos en la lucha contra el tráfico humano. Este informe estará disponible para todos los presentes después de mis comentarios. Los insto a que lo lean tanto como una manera de congratularse a sí mismos como para reconocer que aún tenemos mucho trabajo por delante.

Este informe cuenta la historia convincente de nuestros esfuerzos conjuntos a lo largo de los últimos cinco años para combatir al tráfico y confortar a víctimas.

Cuenta una historia de un enfoque agresivo, preventivo y centrado en las víctimas, de prevención, investigaciones y enjuiciamientos. Hemos implementado una estrategia exhaustiva que incluye a legisladores federales y estatales, investigadores dedicados, fiscales severos, la comunidad internacional, y la colaboración entre servicios para víctimas con financiación federal y programas de alcance exterior.

Este informe también cuenta una historia cuantitativa de nuestros éxitos en el campo. Hemos ayudado a casi 1,000 víctimas del tráfico de personas y asignado más de 30 millones de dólares en subsidios a fuerzas de tarea y grupos de víctimas de todo el país.

Como ustedes saben, también hemos elaborado una ley estatal modelo que ha sido endosada por el Senado de los Estados Unidos y enviada a gobernadores estatales y líderes legislativos. En 2004, apenas cuatro estados contaban con leyes contra el tráfico. Hoy, más de una docena ha promulgado leyes antitráfico estrictas que reflejan los principios de la ley penal modelo del Departamento... e insto a todos los estados a que sigan el ejemplo.

Sin embargo, más que estrategias, estadística y leyes, este informe cuenta la historia humana de este delito terrible.

Me perturbó oír una historia de mi estado natal de Texas. Un grupo de mujeres mexicanas fueron llevadas a Texas a través de la frontera por contrabandistas de extranjeros y colocadas en "abrigos seguros". Mientras los contrabandistas intentaban extorsionar más dinero de las familias de las víctimas, obligaban a las jóvenes a cocinar y limpiar durante el día, y las violaban y golpeaban brutalmente de noche.

Cuando dos de las mujeres intentaron escapar, el líder de la pandilla ordenó que las mataran. Las desnudaron, la pandilla entera las violó y las dejaron por muertas en una zanja de canal al costado de una carretera de Texas. Milagrosamente, una familia vecina las encontró, obtuvo ayuda para las jóvenes, quienes pudieron asistir a las fuerzas del orden público y fiscales a rescatar a las demás víctimas y colocar a los delincuentes detrás de rejas.

Durante la audiencia de lectura de sentencia del principal demandado, el hombre que había ordenado las violaciones por la pandilla entera y dado las sentencias de muerte, el juez colocó sus crímenes en perspectiva. Sacudiendo la cabeza, dijo a una sala de tribunal absorta: "Él es lo peor que ya he visto en este tribunal. Es peor que malo".

Una de las víctimas le dijo al juez que emitió la sentencia: "Antes, confiaba en las personas; ya no confío más". Otra dijo que "no pasa un día en que no recuerde lo que me sucedió...Sufro lo indecible".

Estas víctimas del tráfico están vivas hoy gracias a una familia servicial y el trabajo de las fuerzas del orden público. Y están a camino de recuperarse, gracias al cuidado proporcionado por organizaciones de servicios para víctimas, las que con la ayuda de subsidios federales, pudieron ayudar a estas mujeres a obtener visas T para permanecer en los Estados Unidos y reconstruir sus vidas sin peligro.

Gracias a la fuerte relación de trabajo del Departamento de Justicia con muchos grupos de servicios para víctimas, son muchas las historias de éxito en el universo de las víctimas del tráfico de personas: trabajadores itinerantes de campos, criados temporarios, trabajadores de fábricas explotadoras y esclavos sexuales infantiles y adultos. Como se explica en el informe que estamos divulgando hoy, la esclavitud sexual tiene conexión intrínseca con la prostitución, la cual es inherentemente dañina y deshumanizadora. Estas víctimas, así como las víctimas de otras formas de la esclavitud moderna, acuden a ustedes porque la principal prioridad de ustedes es su seguridad y bienestar.

Las víctimas del tráfico de personas suelen no tener voz ni defensor. Suelen no tener estudios, sofisticación y no saber hablar inglés. Sin embargo, merecen su ayuda.

Ustedes rescatan a víctimas para ayudar a restaurar su dignidad humana. Ustedes se ocupan de ellas con el confort de un consejero, los conocimientos de un educador, el espíritu de un asesor, la fuerza de un abogado y la compasión de alguien que entiende - a veces, de golpe. Ustedes las ayudan a reincorporarse a un mundo que parece, al mismo tiempo, acogedor y peligroso.

Sin embargo, el apoyo que ustedes brindan a las víctimas no termina una vez que han sido rescatadas. Ustedes ayudar a cultivar el coraje extraordinario que estas víctimas necesitan para enfrentar a sus traficantes cara a cara y reabrir sus memorias emotivas durante juicios y audiencias de sentencia. Vuelvo a recalcar la importancia de este elemento de su labor.

Nuestros logros en nuestro empeño por abolir el tráfico son el resultado de la colaboración de ustedes con las agencias del orden público de nuestra Nación, según lo demuestra esta conferencia. Les agradecemos por esta cooperación.

Sin la ayuda de los testimonios de víctimas y, por lo tanto, sin la ayuda de ustedes como consejeros, no podríamos enjuiciar y encerrar a traficantes de personas. Y si bien dependemos del testimonio de su sufrimiento, consideramos la seguridad y la rehabilitación de las víctimas de importancia capital.

La verdad lamentable es que siempre habrá más mujeres, hombres, niñas y niños que ocuparán el lugar de las víctimas que rescatamos de los burdeles, fábricas explotadoras y campos. Siempre habrá más personas vulnerables con la esperanza de conseguir un trabajo mejor o una educación mejor o una vida mejor, que caerán en las garras de los planes maléficos de servidumbre y esclavitud de otro.

No podemos resolver este problema con apenas ayudar a las víctimas; debemos capturar a los traficantes que comercializan la explotación.

El Departamento de Justicia está trabajando arduamente para alcanzar ese objetivo. El informe que divulgamos hoy también describe algunos de nuestros éxitos contra traficantes humanos en la sala de tribunal, incluidos enormes aumentos en la cantidad de demandas entabladas, demandados acusados y condenas a lo largo de los últimos cinco años.

Sin embargo, las estadísticas no cuentan la historia completa. Existe un lado igualmente humano en el enjuiciamiento de estos casos.

En el informe, pueden leer sobre Julia Gabriel. Julia fue víctima del tráfico de personas. Después de haber atestiguado contra sus captores, sigue trabajando con la Coalición de Trabajadores Immokolee para ayudar a enjuiciar otros casos en el sur de Florida. Y dicta cursos regularmente en el Centro Nacional de Defensa [National Advocacy Center] y la Academia de la FBI para proporcionar a agentes y fiscales la perspectiva importante de un sobreviviente que ha pasado por el sistema.

También encontrarán una fotografía de Lou de Baca. Como la mayoría de ustedes sabe, Lou es fiscal de la División de Derechos Civiles. La fotografía en nuestro informe muestra a sobrevivientes de la fábrica explotadora "El Monte" entregando a Lou el Premio Wellstone de la Red Libertad. Su trabajo, así como el de muchos otros fiscales federales en nombre de víctimas como estas, es loable y merecedor de este premio y de nuestro profundo aprecio.

El enfoque de este Gobierno de los enjuiciamientos del tráfico de personas, centrado en las víctimas y empleado por cada fiscal, es indicio del compromiso del Departamento de colaborar con todos ustedes en este problema importante.

Valoro la colaboración constante de ustedes con las Fuerzas de Tarea Antitráfico de todo el país, y siento orgullo al decir que hemos financiado 10 nuevas localidades, desde Florida a Alaska. Tenemos, ahora, 32 Fuerzas de Tarea Antitráfico que operan en toda la Nación. Estas Fuerzas de Tarea nos ayudan a coordinar mejor nuestro enfoque amplio del combate al tráfico de personas.

Los insto a que aprovechen esta oportunidad con sus compañeros, como lo han hecho en el pasado, para compartir experiencias e historias, evaluar las lecciones aprendidas y elaborar mejores prácticas que puedan ayudarnos a luchar contra este mal pernicioso. Luego, espero que lleven las lecciones de esta conferencia a sus Fuerzas de Tarea Antitráfico locales para coordinar mejor aún nuestro ataque exhaustivo a los traficantes de personas y nuestra respuesta compasiva a las víctimas del tráfico de personas.

El informe que hemos divulgado hoy es un buen punto de referencia. Podemos estar orgullosos del estado de nuestra labor...de los números efectivos y la realidad humana que define esta lucha. Sin embargo, no podemos descansar sobre nuestros laureles.

En este mismo momento, un matrimonio puede estar trayendo a una menor filipina desprevenida a los Estados Unidos con la promesa de escolaridad y seguridad, con la intención de encerrarla y hacerla trabajar como criada doméstica. En este mismo momento, una menor estadounidense puede estar cayendo en las artimañas de un proxeneta, para luego ser forzada a la actividad inherentemente deshumanizadora de la prostitución. En este mismo momento, 20, o 50, o 100 víctimas pueden estar encerradas detrás de las paredes de un edificio sin ninguna característica descriptiva, trabajando por centavos o con la esperanza de ser aliviadas de la carga de su trabajo pesado.

Estas historias son un mandato de acción. Son un mandato para los investigadores y fiscales dedicados del Departamento de Justicia y toda la comunidad de las fuerzas del orden público. Son un mandato para los trabajadores sociales, profesionales de la salud, expertos legales, oficiales de las fuerzas del orden público y ciudadanos preocupados que participan en esta conferencia. Son un mandato para nuestro Presidente, este Secretario de Justicia de los Estados Unidos, y cada miembro de una Nación comprometida con los ideales de libertad para todos.

Fueron las historias de los esclavos en los campos de algodón y las plantaciones de tabaco lo que inspiraron a ciudadanos comunes de los Estados Unidos a crear el Ferrocarril Subterráneo. Muchos de ellos llegaron aquí con heridas recientes y las cicatrices profundas del abuso. Sin embargo, se recuperaron con la esperanza de una vida de libertad.

Chicago ha vuelto a ser un centro de esperanza para aquellos que han conocido apenas el temor asfixiante de la esclavitud. Siento orgullo de trabajar con ustedes en garantizar las oportunidades del sueño estadounidense para las víctimas actuales del tráfico de personas.

Gracias.

###