Sello del Departamento de Justicia

Comentarios preparados del Secretario de Justicia de los Estados Unidos Alberto R. Gonzales en la Conferencia de Estrategia de la Iniciativa Nacional contra la Metanfetamina y Sustancias Químicas

Dallas, Texas
18 de mayo de 2006

Me complace estar aquí esta mañana, en mi estado natal, con nuestros asociados domésticos e internacionales en la guerra contra las drogas, incluido el Secretario de Justicia de México, Daniel Cabeza de Vaca. Desde su formación, la Iniciativa Nacional contra la Metanfetamina y Sustancias Químicas [National Methamphetamine and Chemicals Initiative (NMCI)] ha sido un punto de cooperación e información compartida. Dicha colaboración entre autoridades federales, estatales y locales ha resultado en varios éxitos aquí, en los Estados Unidos, contra las drogas ilegales. Y sin la cooperación internacional no podemos pretender enfrentar la amenaza creciente presente en el comercio internacional de metanfetamina.

Primero, me gustaría hablar sobre nuestra labor doméstica. Hace mucho tiempo que trabajamos con nuestros asociados estatales y locales en la investigación de productores y traficantes de metanfetamina. El año pasado, a fin de mejorar dicha cooperación, la Administradora Karen Tandy instruyó a los Equipos Móviles de Coacción [Mobile Enforcement Teams (METs)] de la Dirección de Control de Drogas [Drug Enforcement Administration (DEA)] que se concentraran en la metanfetamina. Un caso reciente aquí, en Texas, es un ejemplo destacado de lo que se puede lograr cuando todos los niveles de las fuerzas del orden público domésticas trabajan en equipo.

La Operación "700 Ranch Round Up" tuvo como blanco a traficantes de meta del norte de Texas y centro-sur de Oklahoma. Esta investigación fue encabezada por el MET de la División Local de Dallas de la DEA. Trabajó en colaboración con las fuerzas del orden público estatales, locales y tribales y logró la detención de más de 100 demandados el mes de marzo pasado. La labor ardua de todos los oficiales y agentes participantes ha hecho de sus comunidades un lugar más seguro.

Actualmente, contamos con herramientas adicionales para combatir a los traficantes de meta a través de la aprobación de la Ley de Combate a la Metanfetamina, promulgada por el Presidente Bush en marzo. La Ley de Combate a la Meta proporciona una norma nacional para la regulación de precursores de la meta y brinda otros aportes importantes a la guerra contra las drogas. Como ustedes saben, los legisladores estatales fueron pioneros en la promulgación de leyes que regularan la venta de precursores como la seudoefedrina. Los estados que hacen valer dichos reglamentos asociados a las sustancias químicas precursoras han logrado reducciones significativas en las cantidades de laboratorios tóxicos de menor porte.

Pueden estar orgullosos de su éxito en reducir la cantidad de laboratorios tóxicos pequeños y súper laboratorios domésticos. Sin embargo, hemos observado un aumento correspondiente del tráfico de meta a nuestro país. Si bien aún tendríamos una crisis de meta sin las drogas contrabandeadas, los laboratorios mexicanos han ejercido impacto sobre los EE.UU. con su producto y reemplazado la meta antiguamente suministrada por laboratorios domésticos. Actualmente, aproximadamente el 80 por ciento de toda la meta comprada en los EE.UU. proviene de laboratorios mexicanos, ya sea situados en México o en los EE.UU.

Por lo tanto, estamos redirigiendo nuestros recursos de investigación hacia organizaciones grandes de tráfico de meta. Los equipos de coacción contra laboratorios clandestinos pertenecientes a la DEA ahora concentrarán su labor de investigación en células de transporte y distribución de meta en los EE.UU. y México.

Nuestros dos países vienen trabajando juntos en la elaboración de una estrategia para tratar de este problema colectivo. Me complace anunciar, junto con el Secretario de Justicia Cabeza de Vaca, varias iniciativas conjuntas entre los Estados Unidos y México. Estas iniciativas representan una política de verdadera cooperación mutua que colocará al consumo de meta y sus horrores firmemente en camino hacia la extinción.

Si trabajamos unidos, compartiendo recursos e inteligencia, las agencias de las fuerzas del orden público de nuestros dos países podrán atacar mejor el problema en cada una de las etapas de la cadena de producción y distribución. Trabajaremos con nuestros colegas mexicanos en rastrear sustancias químicas precursoras con nuestra región del mundo como destino, descubrir y desmantelar laboratorios que utilicen estas sustancias químicas y rastrear el sendero de distribución de meta hacia nuestro país, desde el vendedor al comprador. Atacaremos a estos delincuentes en sus laboratorios, en sus rutas de tráfico y en sus mercados.

Reconocemos plenamente que, sin la fuerte demanda estadounidense de estas sustancias tóxicas, no existiría el incentivo financiero que justificara que las organizaciones mexicanas siguieran produciendo meta. Estas organizaciones de tráfico combinan la sofisticación de una corporación contemporánea con la brutalidad de una pandilla callejera. Necesitamos igualarlos con nuestro compromiso asumido con sociedades libres y respetuosas de la ley, y realizando una mejor labor educativa dirigida a nuestros ciudadanos con relación a los peligros de la meta.

Sé que muchos oficiales de las fuerzas del orden público presentes aquí hoy son veteranos de la lucha contra la meta. Ustedes conocen los problemas singulares de la meta, cómo se la produce y distribuye. Por lo tanto, pueden apreciar los obstáculos que enfrentan las fuerzas del orden público mexicanas, al atacar este problema en todas sus dimensiones por primera vez.

Estoy impresionado con los grandes progresos realizados por el gobierno de México en los últimos años. Por ejemplo, recientemente, México redujo la cuota anual de importación de productos de seudoefedrina de 150 toneladas métricas a 70 toneladas métricas.

Con la finalidad de aprovechar logros anteriores y superar estos desafíos, México y los EE.UU. han desarrollado una serie de medidas cooperativas que incorporan a las fuerzas del orden público, la inteligencia compartida y la capacitación conjunta.

Ambos gobiernos establecerán equipos especializados de coacción asociada a la meta en sus lados respectivos de la frontera. Estos equipos de coacción e inteligencia de la DEA a lo largo de la frontera se concentrarán en los traficantes de meta y las organizaciones que transportan y distribuyen la meta como producto final.

Del lado mexicano, equipos similares se concentrarán en investigar a organizaciones involucradas en la producción y distribución de meta. También se concentrarán en el tráfico de sustancias químicas precursoras de la meta.

La cadena de tráfico y distribución opera entre puertos marítimos así como por tierra. La DEA, en una labor coordinada con el Servicio de Aduanas y Protección de Fronteras, tomará medidas para detectar meta y sustancias químicas precursoras de la meta en cargas que lleguen a los puertos marítimos de nuestro país. Las autoridades mexicanas realizarán acciones similares en su país.

Asimismo, estas y otras iniciativas antimeta contarán con una labor de inteligencia más coordinada. La DEA y la Cenapi mexicana compartirán inteligencia y seguirán desarrollando relaciones de trabajo cada vez más fuertes. Dicha labor conjunta se concentrará en la investigación de organizaciones de tráfico de meta de gran porte que operen en México y en los Estados Unidos.

El Departamento de Justicia proporciona capacitación asociada a la metanfetamina para oficiales de las fuerzas del orden público de México y de todo el mundo. Entre ahora y fin de año, capacitaremos a 1000 policiales mexicanos. Esperamos con entusiasmo la inauguración de las instalaciones de última generación de capacitación en laboratorios clandestinos de la DEA, en su Academia de Quantico, Virginia, programada para el otoño de 2006.

Para brindar apoyo inmediato a la labor mexicana de incautar y desmantelar laboratorios de metanfetamina, los EE.UU. están donando seis camiones y tráilers para laboratorios clandestinos, para el uso de los equipos mexicanos. Los camiones para laboratorios transportarán equipos y personal a lugares donde haya laboratorios clandestinos, para recoger pruebas, desmantelar y eliminar equipos de laboratorio, sustancias químicas y residuos tóxicos. Por lo tanto, es grande la labor que tenemos por delante y, como debe ser, tenemos planes para mucho más. Los EE.UU. y México comparten objetivos comunes. Queremos estar libres del terrorismo, de la delincuencia violenta, de las pandillas y de los peligros de las drogas. A pesar de nuestras diferencias de lenguaje, cultura y, a veces, de opiniones, somos compañeros unidos en nuestros deseo de desmantelar los negocios de los narcotraficantes y encarcelarlos, en ambos lados de nuestra frontera.

Les agradezco a todos por su excelente trabajo en la guerra contra las drogas, la cual considero una de las principales prioridades del Departamento. Solo podremos lograr el éxito con el mejor esfuerzo de ustedes y del gobierno de México. Con base en esta conferencia, confío en que lo lograremos.

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