Sello del Departamento de Justicia

Comentarios preparados del Secretario de Justicia de los Estados Unidos Michael B. Mukasey en la Conferencia de Alcaldes

Washington, D.C.
24 de enero de 2008 - 8:30 A.M.

Buenos días. Gracias por haberme invitado a acompañarlos hoy. Acabo de tener la oportunidad de hablar con el Alcalde Palmer y algunos de los otros líderes de la Conferencia y agradezco poder escuchar personalmente algunas de sus inquietudes.

El Departamento de Justicia es una institución nacional con amplias responsabilidades de proteger a los estadounidenses y preservar sus derechos. Pero para la mayoría de las personas que viven en este país, la labor que ustedes realizan tiene un impacto mucho mayor en sus vidas cotidianas.

No demasiadas personas de sus comunidades saben quién soy o podrían reconocerme, pero casi todas los conocen a ustedes. Y si se parecen a los ciudadanos de mi ciudad natal, Nueva York, no son tímidos a la hora de hacer que uno los escuche cuando no les gusta algo.

Obviamente no estoy aquí hoy para decirles cómo hacer su trabajo o anunciar una lista sábana de nuevas iniciativas y prioridades. El objetivo que tengo durante mi mandato es cumplir con las misiones clave del Departamento de Justicia. Una de esas misiones es proteger a los ciudadanos de este país del flagelo de la delincuencia violenta.

Para hacerlo de la mejor manera posible, el Departamento debe trabajar en cooperación con autoridades estatales y locales. Esa cooperación no solo se realiza mediante programas y fuerzas de tarea del Departamento, sino también mediante recursos federales—también conocidos como "dinero" por mujeres y hombres prácticos como ustedes. Como comentaré en unos instantes, me enorgullece anunciarles hoy que el Presidente está buscando 200 millones de dólares adicionales en financiación para la Asociación para la Reducción de la Delincuencia Violenta para el año fiscal 2009.

Cuando me preparaba para venir hoy aquí, me alegró ver que su plan de 10 puntos presenta el tema de la delincuencia violenta de manera bastante amplia, ya que no solo incluye a los propios delitos, sino que también trata desafíos subyacentes como la preponderancia de armas ilegales. También resalta estrategias que pueden ayudar a combatir la ola de delitos, como iniciativas antipandilla y otras iniciativas de prevención y programas de reingreso de presos a la sociedad. Algunos de estos temas pueden quedar afuera de una definición estricta de delito y quizás no sean captados por todas nuestras herramientas para medir índices de delincuencia, pero de todos modos son importantes para nuestro objetivo común de mantener a nuestros vecindarios lo más seguros posibles.

Las leyes no se hacen cumplir en una burbuja. Y creo que la gran cooperación que hemos desarrollado en los últimos años entre el Departamento de Justicia y alcaldes, gobernadores, jefes de policía, alguaciles y otros líderes de la comunidad ha sido una historia de éxito que todos deberíamos contar con orgullo.

A pesar de tener los niveles de delincuencia más bajos de la historia a nivel nacional, sé que muchas de sus comunidades siguen enfrentando desafíos. Podemos hablar de tendencias nacionales amplias, y eso tiene un valor, pero a fin de cuentas, tenemos que abordar estos temas en una escala mucho menor. Como saben, la naturaleza de la delincuencia varía no solo de una ciudad a otra, sino incluso de una cuadra a la otra. Por lo que gran parte de nuestro trabajo tiene que ser al nivel de la cuadra.

Quienes formamos parte de las fuerzas del orden público federales sabemos perfectamente que ustedes tienen muchos pies más en la calle, y una proximidad crítica a las personas que todos protegemos. Con 800,000 oficiales de las fuerzas del orden público estatales y locales comparados con menos de 25,000 agentes federales del Departamento de Justicia [Department of Justice (DOJ)], por ejemplo, no existen dudas de que aprendemos de ustedes, los apoyamos y que tenemos que cooperar con ustedes para hacer el trabajo que compartimos: proteger a nuestros ciudadanos.

Sabemos que no existe una solución "de talle único" a la delincuencia en los Estados Unidos. Nuestro objetivo es ser flexibles, atender primero a los lugares con la mayor necesidad y dirigir nuestros recursos a donde más pueden servir.

Me gustaría detenerme unos instantes en algunas de las maneras en que lo hemos hecho.

En los últimos años, el Departamento ha pasado mucho tiempo visitando y escuchando a agentes de policía y funcionarios municipales de todo el país para aprender lo más que pudiera sobre la información específica de nuestros problemas delictivos y la mejor manera de resolverlos. Hemos trabajado mucho para generar nuevas ideas y equiparar nuestros programas y recursos existentes con necesidades de las comunidades.

Hemos expandido la cooperación federal con las fuerzas del orden público estatales y locales para aplicar la plena autoridad del sistema federal a los delincuentes violentos.

Por ejemplo, hemos lanzado más barridas de fugitivos y capturas coordinadas para atrapar a transgresores que estaban libres—porque todo delincuente fuera de la calle es un delincuente menos para cometer nuevos delitos. El verano pasado, el Departamento coordinó otra ronda de la Operación FALCON, que significa Policías Federales y Locales Organizados Nacionalmente [Federal and Local Cops Organized Nationally].

Como parte de un operativo masivo de captura de fugitivos en 27 ciudades de todo el país, Alguaciles Federales Adjuntos se unieron a sus colegas estatales, locales y federales y arrestaron a más de 6,400 fugitivos. El departamento de policía de Doug Palmer en Trenton, Nueva Jersey, estuvo al frente de la operación en el lugar el pasado julio, que logró el arresto de 248 fugitivos y la confiscación de 128 armas de fuego. Los resultados como ese pueden tener un impacto real para lograr que los vecindarios sean más seguros.

El año pasado, también apoyamos operaciones de Rendición Segura de Fugitivos en cuatro ciudades, entre ellas Washington, D.C., durante las cuales se entregaron un total de 3,700 fugitivos en iglesias y otros contextos neutrales.

Además, algunas de sus comunidades enfrentan un problema terrible de pandillas—de grupos internacionales organizados como MS-13 o de "grupos callejeros" locales no muy unidos. Para combatir este problema, cada Fiscalía Federal ha designado a un Coordinador Antipandilla para que trabaje con las fuerzas del orden público locales y enfocar nuestra ayuda en su distrito. Ellos están trabajando con nuestro Centro Nacional de Inteligencia de Pandillas y nuestro nuevo Centro Nacional de Combate, Coacción y Coordinación contra Pandillas para recolectar inteligencia del campo y asegurarse de que se comparta con otras dependencias y ciudades que la necesitan.

También expandimos nuestra Iniciativa Integral Antipandillas de seis a diez lugares distintos en todo el país. Bajo este programa, las localidades que experimentaban un problema significativo de pandillas recibieron 2.5 millones de dólares cada una para aplicar tres estrategias esenciales: prevención, enjuiciamiento y reincorporación de presos a la sociedad.

Iniciativas enfocadas de coacción bajo ese programa han tenido resultados preliminares muy prometedores. En una de las ciudades—Rochester, Nueva York—el departamento de policía del alcalde Bob Duffy contribuyó a dirigir recursos a la reducción de la violencia de pandillas en el área "Crescent" de la ciudad, donde se concentraba más del 90 por ciento de la actividad de pandillas documentada de Rochester.

La semana que viene, el Departamento realizará su primera capacitación integral antipandilla para la policía estatal y local, y otros asociados. Esta capacitación nos ayudará a difundir a más lugares y más departamentos de policía qué está funcionando en ciudades y pueblos de todo el país y cómo podemos ayudar.

Dado que el conocimiento local de alcaldes y jefes de policía es mucho más valioso que declaraciones generales de políticas desde Washington, el año pasado pusimos a disposición de estados y localidades 75 millones de dólares en subvenciones para fundar fuerzas de tarea. Esto pone el dinero en sus manos, para que ustedes puedan combatir los tipos de delito que están teniendo el mayor impacto en su ciudad.

También hemos atacado a los peores delincuentes expandiendo algunos de nuestros programas cooperativos más exitosos a más ciudades. Son programas en los que muchos de ustedes ya participan. Por ejemplo, bajo el Proyecto Vecindarios Seguros, estamos trabajando en conjunto con autoridades estatales y locales en una labor integral para impedir y castigar el delito con armas de fuego. Los Equipos de Impacto contra el Delito Violento encabezados por el Buró de Control de Bebidas Alcohólicas, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos [Bureau of Alcohol, Tobacco, Firearms and Explosives (ATF)] también identifican, persiguen y arrestan a delincuentes violentos para reducir la cantidad de delitos relacionados con las armas de fuego. A través de las Fuerzas de Tarea Calles Seguras, el Buró Federal de Investigaciones [Federal Bureau of Investigation (FBI)] se concentra en el desmantelamiento de pandillas organizadas al tratarlas como empresas delictivas.

Todas estas iniciativas demuestran cómo podemos trabajar juntos para sacar a los delincuentes de las calles y hacer que nuestros ciudadanos estén más seguros.

Antes de finalizar, me gustaría detenerme un instante para hablar de otro tema que creo que tendrá un gran impacto en muchas de sus ciudades. Me refiero a la decisión de la Comisión de Sentencias de los EE.UU. de aplicar retroactivamente un nuevo—y menor—rango de directriz para la aplicación de sentencias para delitos de cocaína crack.

Ahora bien, yo tengo mis propias inquietudes sobre este tema desde la perspectiva de un fiscal. Pero aparte de eso, también tengo inquietudes sobre cómo esta decisión podría afectar nuestra lucha conjunta contra el delito.

Este no es un ejercicio académico. Bajo estas disposiciones, casi 1,600 delincuentes condenados, muchos de ellos miembros de pandillas violentas, pueden reunir los requisitos para ser liberados inmediatamente a la comunidad.

Antes de dar ese paso, tenemos que pensar muy seriamente si esa es la mejor manera de encarar este tema—si es la mejor manera de respetar los intereses de justicia y seguridad pública.

Un influjo repentino de delincuentes de prisiones federales en sus comunidades puede provocar una ola de nuevas víctimas como resultado trágico, pero predecible.

Es más, quizás no hayamos hecho todo el trabajo necesario para preparar a los presos que reúnen los requisitos para una liberación inmediata para reincorporarse a la sociedad. Por ejemplo, ese delincuente puede no tener la oportunidad de participar en programas recomendados de transición como reclusión comunitaria.

Debemos hacer todo lo posible en los campos de educación, capacitación laboral, tratamiento por adicción a las drogas, vivienda y otras labores de preparación para la reincorporación a la sociedad para todos estos delincuentes que pueden ser liberados. Necesitamos tiempo para desarrollar todo eso e implementarlo—un tiempo que es posible que la retroactividad sábana no nos otorgue.

Como mencioné en el inicio de mis comentarios, tenemos la intención de construir a partir del éxito que hemos tenido en 2007 y brindarles los recursos que ustedes necesitan para hacer su trabajo con efectividad. Para fortalecer nuestra labor conjunta, el Presidente le pedirá al Congreso 200 millones de dólares adicionales para financiar la Asociación para la Reducción de la Delincuencia Violenta como parte de la solicitud presupuestaria del Departamento para el año fiscal 2009. Esta iniciativa ayudará a las comunidades a encarar sus desafíos específicos respecto de la delincuencia violenta, especialmente donde participan múltiples jurisdicciones.

Podremos enviar recursos específicos a donde más se necesitan y donde pueden tener mayor impacto. A través de una coordinación estrecha, también podemos evitar duplicación innecesaria y liberar recursos para ayudar a más ciudades.

Si bien sus recursos, y los del Departamento, no son infinitos, espero que sepan que estoy dedicado a hacer todo lo que está en mis manos para ayudar. Respeto y valoro el papel fundamental que ustedes desempeñan en las fuerzas del orden público de este país, y las puertas del Departamento siempre están abiertas para recibirlos.

A la hora de enjuiciar, el Departamento de Justicia está comprometido a trabajar en colaboración para hacer lo que haga falta para tener el mayor impacto. Si eso significa que acusamos de cargos federales porque el caso sería más fuerte en el tribunal federal o las sentencias serían más largas, entonces quiero que sea un caso federal. Si la ley estatal funciona mejor para el caso, quiero que el estado esté a cargo del enjuiciamiento.

No me interesa quien se lleva los laureles, o en las estadísticas de quién se incluye el caso. Me interesa hacer lo necesario para reducir la delincuencia. Si tenemos éxito, todos compartimos el mérito.

Gracias.

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