Sello del Departamento de Justicia

Comentarios preparados para el discurso del Secretario de Justicia de los Estados Unidos Michael B. Mukasey en el Centro de Justicia Familiar de Nueva Orleáns

Nueva Orleáns, Louisiana
19 de mayo de 2008

Buenas tardes. Esta mañana visité el Lower Ninth Ward y el dique de la Calle 17 para ver en forma directa parte del progreso que se está realizando aquí en Nueva Orleáns. Un ejemplo concreto de ese progreso es la sede del Departamento de Policía de Nueva Orleáns recientemente reabierto que visité esta mañana.

Luego me encontré con un grupo de líderes de las agencias de las fuerzas del orden público estatales y locales. Muchos de ellos han dedicado los últimos dos años y medio de sus vidas aquí a la reconstrucción del sistema de justicia penal. Me brindaron su perspectiva sobre cómo está la ciudad y cómo puede ayudar el Departamento de Justicia. Aproveché la oportunidad para agradecerles personalmente por su arduo trabajo en circunstancias difíciles.

También visité las instalaciones que se encuentran junto a mí, un Centro de Justicia Familiar similar a otros centros del mismo tipo en todo el país. En un esfuerzo por encontrar las mejores formas de atender a las necesidades de las víctimas de violencia doméstica y agresión sexual en Nueva Orleáns, el Departamento de Justicia ha trabajado con los funcionarios electos, Caridades Católicas y otras personas en los gobiernos estatales y locales y en agencias sin fines de lucro. El resultado de esa labor fue el Centro de Justicia Familiar, que concentra en una ubicación central la asistencia integral que necesitan las víctimas. Bajo un mismo techo, las víctimas podrán ver a un abogado, hablar con la policía, presentar documentos judiciales, y conversar con un consejero o terapeuta. Este centro, como los otros 15 en funcionamiento en todo el país, reconoce que el dolor de las víctimas se cura más fácilmente con el uso más eficiente de los recursos.

Y, como la nueva sede de la policía de la ciudad, estas instalaciones no son sólo una herramienta, sino también un símbolo: un símbolo del compromiso del Departamento de Justicia y las fuerzas del orden público para con la gente de Nueva Orleáns. Pero éste es sólo un ejemplo del compromiso del Departamento.

El mes pasado tuve la oportunidad de reunirme con miembros de la Coalición Contra el Crimen de Nueva Orleáns en mi oficina en Washington. Tuvimos una reunión productiva y valoré en gran medida que me informaran sobre sus preocupaciones y puntos de vista respecto de los esfuerzos del Departamento aquí en Nueva Orleáns.

Por supuesto, el compromiso del departamento incluye a muchas personas aquí y en Washington D.C. Aquí en Nueva Orleáns, el departamento está representado magníficamente por el Fiscal Federal Jim Letten, quien ha realizado un trabajo sobresaliente. Hay demasiadas personas allá en Washington a quienes agradecer, pero quiero mencionar en forma particular a Cindy Dyer, que dirige nuestra Oficina sobre Violencia contra la Mujer y participa activamente en los centros de justicia familiar de todo el país.

Esta es mi primera visita aquí desde que asumí, pero es el octavo viaje a Nueva Orleáns de un Secretario de Justicia de los EE.UU. desde que el huracán Katrina nos golpeó en agosto de 2005. En ese lapso, el Departamento de Justicia ha destinado más de 86 millones de dólares a subvenciones en todo el estado. Parte del financiamiento se ha destinado a establecer fuerzas de tarea para luchar contra la violencia de pandillas, parte a investigar y enjuiciar el fraude relacionado con la catástrofe y parte a detener el tráfico de armas y de drogas.

Hemos realizado redadas y atrapado a más de 500 fugitivos de delitos mayores y recientemente contratamos a dos especialistas en víctimas/testigos para ayudar a proveer servicios fundamentales a las víctimas de la delincuencia e informarles sobre sus derechos. Durante los últimos años, hemos asignado en forma temporaria a seis Fiscales Federales Auxiliares y cerca de 50 agentes y analistas de las fuerzas del orden público para que ayuden. Me complace anunciar que recientemente he autorizado a la Fiscalía Federal de aquí para que prorroguen cinco de esos puestos de Fiscales Federales Auxiliares por dos años más.

También me complace anunciar hoy que proporcionaremos 300,000 dólares a la clínica contra la violencia doméstica de la Facultad de Derecho de la Universidad de Tulane, que brinda servicios legales a las víctimas de agresión sexual, acoso, violencia doméstica y violencia en citas en las parroquias de Orleáns y Jefferson. Quisiera mencionar brevemente un ejemplo del tipo de trabajo que realiza la clínica.

Una sobreviviente de violencia doméstica se comunicó con la clínica para que le ayudasen a obtener su divorcio. Durante una entrevista, los abogados de la clínica descubrieron que se había visto obligada a dejar su casa meses antes, cuando su abusador marido la golpeó brutalmente y la estranguló. Los estudiantes de abogacía inmediatamente presentaron una orden de protección de emergencia que desalojó a su marido de la casa y le obligó a pagar la hipoteca, los gastos médicos asociados con el ataque y una compensación por los bienes personales que había destruido.

Cuando su marido no acató la orden de la corte, la clínica solicitó al tribunal que lo retuviese por desacato, y fue sentenciado a cumplir un período de encarcelamiento. La clínica la ayudó a presentar su divorcio y requerir una pensión compensatoria permanente de su cónyuge, y la ayudará con las cuestiones de propiedad relacionadas con la casa.

Este es sólo un ejemplo del efecto tangible que la clínica ha tenido en las vidas de muchas víctimas. La subvención anunciada hoy permitirá a la clínica continuar con su buena labor para la gente de Nueva Orleáns.

Esta subvención, los cinco puestos de Fiscales Federales Auxiliares y el Centro de Justicia Familiar son unas pocas de las cosas realizadas por el Departamento para ayudar en la reconstrucción de la capacidad de las fuerzas del orden público de la ciudad y las parroquias, y para reconstruir el sistema judicial. La catástrofe que golpeó a Nueva Orleáns causó incalculables pérdidas y dolor, pero también abrió nuestros ojos a la tremenda necesidad de servicios. Y nos dio una rara oportunidad de volver a empezar en la provisión de algunos de esos servicios.

Hemos visto excelentes resultados de nuestro trabajo arduo hasta el momento. Es cierto que no hemos terminado todavía, pero si trabajamos juntos, lo haremos.

Muchísimas gracias. Tendré gusto en contestar cualquier pregunta que deseen hacerme.

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