Sello del Departamento de Justicia

Comentarios preparados del Secretario de Justicia de los Estados Unidos Alberto R. Gonzales
en la ceremonia de entrega de premios de la Semana Nacional de Derechos de Víctimas de la Delincuencia

Washington, D.C.
21 de abril de 2006

Gracias, Regina, por la presentación. El tema de la conmemoración de este año, "Fuerza en unión", reconoce que, cuando las muchas voces de la comunidad de derechos de víctimas hablan al unísono, pueden lograr grandes cambios positivos.

Es un honor para mí estar con ustedes nuevamente este año. Hace muchos años que este asunto tiene especial importancia para mí. Como consejero legal del entonces Gobernador Bush, escuché a víctimas y sus familias cada vez que el Gobernador recibía apelaciones de clemencia. Mi esposa, Rebecca, trabajó en programas contra la agresión sexual en la Oficina del Secretario de Justicia de Texas. Juntos, Becky y yo nos hemos reunido con centenas de víctimas de la delincuencia. Hemos escuchado sus historias - las historias de ustedes -, las cuales me sirvieron de inspiración aún mayor para trabajar arduamente como Secretario de Justicia de los Estados Unidos y proteger sus derechos. Somos todos compañeros en una lucha en común.

Ustedes han tomado el dolor y el trauma de la delincuencia y los han utilizado para divulgar un mensaje de justicia, esperanza y compasión a otras víctimas. De hecho, el movimiento de derechos de víctimas es una demostración de compasión humana del más alto nivel.

Como en nuestra ceremonia de anoche, en lugar de esconderse en las tinieblas, cada uno de ustedes ha encendido una vela de esperanza y perseverancia.

También hemos escuchado el poderoso testimonio de Sharon Rocha, quien nos proporcionó un relato conmovedor de los efectos de la delincuencia violenta en una familia. Esta tarde, la homenajeamos a ella y a todos los demás que sirven de inspiración para muchos ciudadanos de los Estados Unidos, especialmente nosotros en el Departamento de Justicia. El Departamento de Justicia tiene el privilegio de trabajar junto a la comunidad de derechos de víctimas.

El mes de mayo pasado, emití Directrices para Asistencia de Víctimas y Testigos actualizadas para el Departamento. Como dije cuando estas directrices fueron publicadas, el Departamento de Justicia debe "minimizar la frustración y confusión que las víctimas de la delincuencia deben soportar como consecuencia del hecho".

Con estas nuevas directrices, los oficiales de las fuerzas del orden público federales, fiscales y asistentes de víctimas-testigos ahora cuentan con políticas y procedimientos aún más claros para asegurar que se respeten los derechos y necesidades de víctimas en cada etapa de su trabajo, desde la investigación inicial hasta el enjuiciamiento y la condena del transgresor.

Estas directrices ayudarán a asegurar que el Departamento sea un compañero en el camino a la recuperación para cada víctima de la delincuencia. Estas directrices son un reflejo de los derechos ampliados de víctimas, según establece la Ley Justicia para Todos, incluido el derecho de participar en procesos públicos en el caso y el derecho a hablar en audiencias de condena. También incluyen instrucciones nuevas para asistir a las víctimas de nuestros casos más difíciles: ataques terroristas, tráfico de personas, robo de identidad y violencia doméstica.

También he pedido a todos los empleados del Departamento que tengan en cuenta los derechos de las víctimas al formular las políticas del Departamento. Esto incluye políticas en las cuales grupos de derechos de víctimas pueden no haber participado tradicionalmente.

Por ejemplo, para obtener aún más justicia para las víctimas, hemos ejercido presión para que se reestablezca la condena mínima obligatoria, a fin de garantizar que delincuentes de todo el país reciban un castigo mínimo, sin importar quién sea la víctima o dónde ocurra el delito.

Además, a principios de este año nombré al primer Ombudsman de Derechos de Víctimas del Departamento, cuya responsabilidad es asegurar que todos los empleados del Departamento entero escuchen y respeten las voces de las víctimas.

Finalmente, este año estamos asignando 551 millones de dólares para el apoyo a programas de asistencia a víctimas, incluidos servicios y necesidades básicas, tales como la intervención en crisis, consejería y refugio de emergencia a través del Fondo para Víctimas del Delito.

Nuestra labor en Washington es importante; sin embargo, no podríamos realizarla sin la ayuda de ciudadanos de todo el país. De muchas maneras, la labor de ellos - la labor de ustedes - es aún más importante que la nuestra, según podemos ver a través de los extraordinarios premiados de este año.

Ellos han demostrado una fuerza interior que ha ayudado a muchas otras personas. Las agresiones que sufrieron podrían haberlos llevado a ocultarse en las sombras de la sociedad. Sin embargo, hicieron frente a sus agresores y buscaron justicia. Otros premiados asistieron a víctimas que sobrevivieron palizas sordas a puertas cerradas o las explosiones ensordecedoras del 11/9.

Buscaron reparar los daños creados por el violador, el abusador infantil, el traficante de seres humanos y todas las demás personas que se aprovechan de los vulnerables de nuestra sociedad. Un premiado se dedicó a asegurar que las víctimas infantiles fueran tratadas con dignidad y cuidado especial por personal médico, para que no sufran otro trauma en manos de las propias personas que tratan de ayudarlas.

Premiados incentivaron a nuestros legisladores a que facilitaran el acceso a servicios de primera respuesta, asistencia médica y legal. Otros lograron mayores esfuerzos para cobrar deudas penales para proporcionar mayor restitución a víctimas. Todos han asumido el compromiso de proporcionar cuidados inspiradores a las víctimas del mal calculado.

La dedicación a las víctimas es uno de los grandes legados de Ronald Reagan, y el motivo de la Semana de Derechos de las Víctimas del Delito que él creó hace 25 años. Hoy, prestamos reconocimiento a aquellos que han elaborado políticas que han beneficiado a las víctimas del delito, a través del Premio de Política Pública Ronald Wilson Reagan.

Sin embargo, lo que seguramente recordamos mejor que cualquier política específica es como dicho Presidente nos contuvo después de su propia experiencia como víctima de un tiroteo. De la misma manera, al verse enfrentados con la tragedia personal, muchos de ustedes han enseñado a los demás como vivir una vida de esperanza, dignidad y propósito.

Con este objetivo en mente, nuestros premiados están asegurando que las fuerzas del orden público, los servicios sociales y el público en general comprendan los derechos de las víctimas. Ya sea aconsejando a víctimas del abuso con base en sus propias experiencias o instruyendo a creadores de políticas, todos defienden la causa de los derechos de las víctimas y afirman las más altas cualidades de nuestra humanidad.

Pronto verán videos que ilustran fuertemente este mensaje de sacrificio y servicio.

Dada la prioridad del Departamento de evitar otro ataque terrorista, debo decir algunas palabras sobre la tripulación del vuelo 73 de Pan Am secuestrado y el director de Pan Am en el suelo, en Paquistán. Su tranquila determinación de hace 20 años mostró al mundo la diferencia entre la humanidad y el barbarismo. Agradezco a muchos de ellos por viajar a medio mundo de distancia para acompañarnos.

Gracias a todos los homenajeados por animarse a estar en la vanguardia de un movimiento de justicia social y legal con raíces en la tradición estadounidense de la compasión y el sentido común. Sigamos trabajando unidos para lograr un cambio positivo en las vidas de las víctimas. Que Dios los bendiga a todos. Que siga consolando a las víctimas del delito y sus familias. Y que siga bendiciendo a los Estados Unidos de América.

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