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Speech
Washington
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RAE de Hong Kong (China)
Gracias, Superintendente O’Grady. Agradezco su cálida bienvenida y el apoyo – e inspirador ejemplo – que usted y sus colegas de An Garda Siochana le dan a la comunidad internacional de las fuerzas del orden público.
También desearía agradecer a INTERPOL, la Aduana de Hong Kong y Underwriters Laboratories por organizar esta conferencia tan importante: y por reunir a tantos líderes, expertos y asociados de agencias de las fuerzas del orden público de todo el mundo.
Durante mi mandato como Secretario de Justicia de los Estados Unidos, he tenido el privilegio de trabajar con muchos de ustedes en diversos temas. He visto con mis propios ojos el poder de nuestra labor conjunta. Y estoy convencido de que nuestra colaboración hace que el trabajo de las agencias de las fuerzas del orden público de nuestros países – para luchar contra el terrorismo, desmantelar carteles de narcotráfico y redes de tráfico de personas, detener a los pornógrafos infantiles y a otras personas que acecharían a los ciudadanos más vulnerables – sea más eficaz. Para luchar contra amenazas nuevas y emergentes – y proteger la seguridad, y defender las libertades, de las personas a las que servimos – esta cooperación se debe mantener.
Tiene sentido que nos reunamos aquí en Hong Kong, un centro de innovación global, para determinar nuestro camino a seguir. Hong Kong no solo es una de las ciudades más vibrantes y modernas del mundo, sino que también es sede de muchas de las principales organizaciones y corporaciones internacionales. Es un centro internacional de política, derecho, educación y comercio. Y, esta semana, espero que sea el lugar de encuentro para lograr una cooperación internacional sin precedentes.
Esta conferencia es una oportunidad importante: para enfocar la atención, y aprovechar los talentos y recursos, de la comunidad internacional de las fuerzas del orden público para proteger derechos de propiedad intelectual (PI), salvaguardar la innovación, asegurar la salud y seguridad de nuestros ciudadanos, y combatir las redes internacionales de delincuentes organizados que actualmente buscan obtener ganancias mediante delitos de propiedad intelectual.
Juntos, estamos marcando el inicio de una nueva era de cooperación, participación y vigilancia. Y estamos enviando un mensaje inequívoco a los delincuentes que se aprovechan de la inventiva ajena y ponen en peligro la seguridad de nuestros ciudadanos vendiendo bienes falsificados defectuosos o peligrosos: los encontraremos, los detendremos, y serán castigados.
La protección de la propiedad intelectual es una de las principales prioridades de los Estados Unidos: del Presidente Obama, mías y de la comunidad de las fuerzas del orden público. Estoy entusiasmado por compartir hoy con ustedes algunas de las maneras en que estamos trabajando para lograr esta meta y superar los desafíos que todos enfrentamos.
En los Estados Unidos, y aquí en Asia, la propiedad intelectual representa un segmento significativo y creciente del comercio. Pero las mismas tecnologías que han generado un rápido crecimiento en la economía legal también han permitido que los delincuentes malversen la creatividad de nuestros innovadores y emprendedores y operen empresas globales que sobreviven empleando ardides de propiedad intelectual. De hecho, los delincuentes – y a menudo grandes agrupaciones criminales internacionales – se han mantenido cabeza a cabeza con cada avance tecnológico y comercial de importancia que hemos realizado. Han desarrollado métodos complejos para cometer todo tipo de delito de propiedad intelectual imaginable. No solo se dedican a vender vestimenta o artículos electrónicos falsificados. Venden imitaciones defectuosas y peligrosas de componentes esenciales, como almohadillas de freno, o bienes de consumo diario, como pasta de dientes. Realizan espionaje corporativo. Producen versiones pirata de música, películas, juegos, aplicaciones de computadora y otras obras protegidas por derecho de autor: tanto en las calles como en el Internet. Y las consecuencias son devastadoras. La industria global de aplicaciones de computadora es un excelente ejemplo. Según informes recientes de la industria, se estima que actualmente, en todo el mundo, más del 40 por ciento de todas las aplicaciones de computadora instalada en computadoras personales se obtiene de manera ilegal: con ingresos no percibidos por la industria informática de más de $50,000 millones de dólares. Estos son fondos que podrían invertirse en nuevos puestos de trabajo y tecnologías de próxima generación. Y la piratería informàtica no solo afecta la industria de aplicaciones de computadora: dado que, por cada $1 dólar de aplicaciones de computadora para PC vendido, se estima que se pierden más de $3 dólares de ingresos de servicios de apoyo técnico y distribución locales. Otras industrias de PI y apoyo están observando el mismo efecto dominó de pérdidas y las tendencias actuales resultan alarmantes. Sin embargo, quizás el factor más preocupante de todos sea el amplio crecimiento que hemos observado en la venta internacional de productos farmacéuticos falsificados, que puede poner en grave riesgo la estabilidad de las corporaciones y, lo que es aún más importante, la salud de los consumidores.
Durante demasiado tiempo, se ha percibido a estas actividades ilegales como "lo normal". Pero ya no. Como todos ustedes saben, el robo de ideas innovadoras o la venta de falsificaciones pueden tener consecuencias devastadoras para las personas, las familias y las comunidades. Estos delitos amenazan las oportunidades económicas y la estabilidad financiera. Contiene lo ingenioso de nuestros trabajadores y empresas. Destruyen puestos de trabajo. Y pueden poner en riesgo la salud y seguridad de los hombres y mujeres que juramos proteger. Los delitos de propiedad intelectual no son delitos sin víctimas. Y debemos asegurarnos de que no se sigan percibiendo como una práctica libre de riesgos.
Mientras las redes delictivas globales financian cada vez más seguido sus actividades ilícitas a través de delitos de propiedad intelectual, nuestro desafío no se limita a seguirles el paso. Nuestras estrategias deben hacerse más complejas que las empleadas por los delincuentes que perseguimos. Nuestra colaboración entre fronteras debe hacerse más perfecta. Y nuestra determinación no debe decaer.
Pero la verdad es que la fuerza de nuestra cadena de aplicación legal necesaria y deseada está limitada por su eslabón más débil. Permítanme ser franco: no todos los países ni todas las organizaciones han hecho suficiente. Es momento de ser claros, y honestos, sobre los puntos en que podemos, y debemos, mejorar. Si vamos a dar vuelta la página en el problema del delito internacional de propiedad intelectual, debemos evaluar íntegramente nuestras iniciativas actuales y comprometernos a realizar mejoras significativas y medibles.
Como muchos de sus propios gobiernos, el gobierno de Obama reconoce que la prosperidad económica de nuestro país cada vez está más ligada a las industrias – como la de aplicaciones de computadora o ciencias biológicas – que dependen de una fuerte aplicación de leyes de propiedad intelectual. Es por eso que hemos creado un nuevo marco y requerido un mayor nivel de actividad, para proteger mejor los derechos de propiedad intelectual.
Como muchos de ustedes saben, el Presidente Obama creó un nuevo puesto de liderazgo en la Casa Blanca – Coordinador de Control de Propiedad Intelectual – y designó a Victoria Espinel para que ocupara este puesto. Y me complace que Victoria esté aquí con nosotros hoy. Como Coordinadora de Control de PI, su primera tarea fue desarrollar un plan estratégico integral para orientar las iniciativas de nuestro gobierno para proteger la propiedad intelectual, lo que incluye los derechos de autor, las marcas registradas y los secretos comerciales. El plan estratégico fue divulgado este verano por la Casa Blanca. Y ya está fortaleciendo y mejorando nuestras iniciativas para detectar y enjuiciar delitos de PI. Esta labor es solo un ejemplo del enfoque renovado del gobierno en la protección de PI.
El pasado mes de diciembre, el Vicepresidente Biden formó la primera cumbre de propiedad intelectual del gobierno, que reunió a funcionarios del gabinete y líderes industriales para debatir derechos y políticas de propiedad intelectual: e identificar maneras de mejorar nuestras iniciativas de control. Durante esa cumbre, tuve la oportunidad de comentar la estrategia de control de propiedad intelectual del Departamento de Justicia y el trabajo crucial realizado por algunos de nuestros abogados e investigadores más talentosos.
Una parte clave de esta estrategia es liderada por fiscales del Departamento de Justicia: muchos de los cuales estàn enfocados exclusivamente en delitos informàticos y de propiedad intelectual. Estoy comprometido a asegurarme de que estos fiscales cuenten con los recursos y la capacitación especializada necesaria para prevenir, identificar y detener violaciones a la PI, y detectar con mayor rapidez tendencias emergentes de delincuencia.
De más está decir que el excelente trabajo de nuestros fiscales no se realiza ni se podría realizar de manera aislada. Está apoyado por la destreza y dedicación de los agentes de investigación que desarrollan los casos que entablamos en los tribunales. En todos los niveles del Departamento de Justicia, estamos comprometidos a mejorar las asociaciones con nuestros colegas de las fuerzas del orden público federales, y con líderes de toda la comunidad internacional de las fuerzas del orden público. En particular, quisiera destacar el gran trabajo que realiza el Centro Nacional de Coordinación de Derechos de Propiedad Intelectual [Intellectual Property Rights Coordination Center (IPR Center)], liderado por nuestros colegas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los EE.UU. El Centro IPR reúne a investigadores y analistas de diversas agencias federales para coordinar nuestra labor de investigación de falsificación, piratería en línea y otras violaciones a la PI.
Para ampliar los aportes y logros de nuestros fiscales e investigadores, en febrero de este año, reabrí la Fuerza de Tarea de Propiedad Intelectual del Departamento de Justicia. Presidida por el Secretario de Justicia Adjunto, la Fuerza de Tarea incluye a importantes líderes de todo el Departamento. Y, como muchos de ustedes saben, se enfoca en facilitar la coordinación entre asociados internacionales de las fuerzas del orden público. Un pilar de esta labor es el programa del Coordinador de Control asociada a la Ley de Propiedad Intelectual.
Con la ayuda de nuestros colegas en el Departamento de Estado, el Departamento de Justicia ha enviado a dos fiscales federales – a Bangkok, Tailandia y a Sofía, Bulgaria – para gestionar nuestras iniciativas de protección de PI en el sudeste asiático y en Europa del Este. Estos dos fiscales federales trabajan de cerca con nuestros homónimos internacionales para compartir información y evidencia sobre investigaciones conjuntas y mejorar programas de capacitación de control de PI. Aquí en Asia, uno de nuestros coordinadores de control participa activamente en iniciativas para fortalecer el trabajo de la Red de Control contra Delitos de PI.
Pero esta tarea no solo es para nuestros coordinadores. Después de esta conferencia, viajaré a Beijing, donde espero reunirme con mis colegas y otros funcionarios para debatir cómo podemos desarrollar las iniciativas bilaterales de control de nuestros países a través del Grupo de Trabajo de Propiedad Intelectual del Grupo de Enlace Conjunto EE.UU.-China para la Cooperación de las Fuerzas del Orden Público. Juntos, espero que podamos trabajar para identificar las brechas más urgentes, y peligrosas, en nuestros mecanismos de control, y comenzar a tomar las medidas necesarias para cerrar esas brechas, fortalecer las protecciones a la PI y cumplir con una de las obligaciones más cruciales del servicio público: garantizar la oportunidad, fomentar la prosperidad y proteger la seguridad y la salud de nuestro pueblo.
Prometo dar lo mejor de mí a esta labor. Y, hoy, les pido a ustedes que hagan lo mismo. Seguiré buscando y aprovechando oportunidades de promover relaciones más sólidas, y mayor cooperación, entre agencias internacionales de las fuerzas del orden público. Pero también sé que, sin su ayuda – y hasta que cada país haga un compromiso, y tome medidas, para asegurar un control enérgico de PI – no resolveremos los problemas que nos convocan hoy.
Las asociaciones sólidas nos dan la mejor oportunidad de tener éxito. De hecho, hemos observado con total claridad cómo la colaboración internacional puede generar enjuiciamientos exitosos. Como Secretario de Justicia, me enorgullece particularmente el trabajo que estamos realizando en los Estados Unidos para luchar contra los delitos de propiedad intelectual en los tribunales. Pero también reconozco que nuestro excelente historial de enjuiciamientos criminales no se hubiera podido lograr sin la ayuda de nuestros asociados en todo el mundo.
Recientemente, el Departamento de Justicia ha realizado avances significativos y alentadores en el enjuiciamiento de personas y organizaciones criminales internacionales que trafican productos farmacéuticos falsificados. Por ejemplo, hace solo dos meses, enjuiciamos exitosamente a un demandado que vendía medicamentos falsos contra el cáncer a pacientes en los Estados Unidos, Canadá, el Reino Unido, Bélgica y Holanda. Los medicamentos – que comercializaba como un tratamiento experimental inusual – eran fabricados en Canadá, pero publicados y vendidos globalmente por Internet. Con asistencia de autoridades canadienses y alemanas, esta persona fue arrestada y extraditada a los Estados Unidos, donde finalmente fue llevada ante la justicia.
Y este año, en Richmond, Virginia, el Departamento de Justicia obtuvo condenas en uno de los mayores casos de propiedad intelectual de la historia de los EE.UU., con más de $100 millones de dólares de bienes de lujo falsificados. Los demandados eran parte de un grupo internacional de delincuentes que poseían y operaban 13 empresas y 8 plantas de fabricación. Durante la investigación, las autoridades de Hong Kong brindaron ayuda crucial para obtener evidencia para el juicio, por lo que les agradecemos profundamente.
Estos son solo dos de muchos ejemplos, pero ejemplifican la importancia vital de la cooperación internacional en la lucha contra los delitos de PI. Sin la ayuda de nuestros asociados internacionales, no hubiéramos podido descubrir estos delitos o llevar a estos delincuentes ante la justicia.
El Departamento de Justicia también está explorando maneras de fortalecer sus iniciativas de control de PI incorporando las herramientas legales que usamos generalmente para luchar contra el lavado de dinero, fraude y otros tipos de delitos económicos. Y hemos incluido los delitos de propiedad intelectual como un área de enfoque de la Estrategia de Delincuencia Organizada Internacional del Departamento de Justicia.
Si bien el progreso que hemos logrado en los Estados Unidos, y en todo el mundo, es alentador, todavía no podemos darnos por satisfechos. Y no debemos confiarnos.
Cada uno de nosotros – y cada miembro de la comunidad internacional de las fuerzas del orden público – ha jurado proteger los derechos y la seguridad de los ciudadanos a los que servimos. Pero ninguno de nosotros puede cumplir esa promesa solo. En esta era de comunicación global instantánea, en la que la actividad delictiva no tiene límites, nuestra labor de control debe extenderse más allá de nuestras propias fronteras. Trabajar juntos ya no solo es la mejor manera de avanzar, sino que ahora es la única manera de avanzar.
De parte de los Estados Unidos, les agradezco su asociación, liderazgo y cooperación para proteger la seguridad de nuestros ciudadanos, la solidez de nuestros mercados y los derechos de propiedad intelectual de los innovadores y emprendedores de nuestros países.
Esta es una labor crucial y urgente. Y nunca debemos dejar que nuestras diferencias, y ocasionales desacuerdos, no nos dejen ver la verdad esencial de que la seguridad, las libertades básicas y los mejores intereses de nuestros ciudadanos están, y seguirán estando, íntimamente ligados.
La tarea que tenemos por delante es inmensa, pero el éxito es posible. Solo si trabajamos en causa común, solo si aplicamos todo el peso del compromiso nacional a nuestra labor y solo si honramos los valores que compartimos, podemos hoy y mañana crear un mundo en el que el delito de propiedad intelectual no sea el dominio del futuro, sino un marcador del pasado.
Gracias.