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Speech
Washington
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Washington, DC
Estados Unidos
Gracias, Laurie Robinson, por sus gentiles palabras y por su liderazgo en atender a familias, niños y comunidades necesitados. Usted, y su equipo en la Oficina de Programas Judiciales, han logrado mejorar las capacidades y la labor de extensión comunitaria del Departamento de Justicia, en un momento en que más se necesita.
También deseo agradecer a Jeff Slowikowski por su representación sobresaliente de la Oficina de Justicia Juvenil y Prevención de la Delincuencia. Es constante mi admiración y, mi gratitud, por todo lo que Jeff y su equipo están haciendo para reunir a familias, defensores, agentes de las fuerzas del orden público y formuladores de políticas - incluidos muchos de los que nos sentimos honrados de tener con nosotros aquí hoy.
Me complace darle la bienvenida a cada uno de ustedes. Y estoy especialmente agradecido de que el Comisionado Pierluisi, el Director Sullivan, el Inspector General Bell, el Director Clarke, el Inspector Postal Principal Gilligan y el Inspector General Adjunto Stephens nos acompañen.
Permítanme también darle la bienvenida en forma especial a Ernie Allen. Como todos ustedes bien saben, la visión y el liderazgo de Ernie en lo que se refiere al Centro Nacional para Niños Desaparecidos y Explotados han ayudado a crear una de las organizaciones sin fines de lucro más eficaces e importantes del país - y, ahora, del mundo.
Solo el año fiscal pasado, el Centro Nacional contestó casi 90,000 llamadas en su Línea Directa de Niños Desaparecidos y brindó asistencia en la recuperación de casi 14,000 niños. Desde su creación, ha ayudado a recuperar más de 145,000 niños.
El Departamento de Justicia está orgulloso de contar con el Centro Nacional como su asociado. Y hoy, me complace anunciar un subsidio al Centro Nacional por más de $30 millones de dólares para brindar apoyo y permitirle seguir adelante con su labor crítica.
Al considerar cómo estos nuevos recursos mejorarán nuestras iniciativas futuras, recuerdo que hace diez años hoy, el 25 de mayo de 2000, hablé en el Día Nacional de Niños Desaparecidos de ese año, cuando era Secretario de Justicia Adjunto. Aunque ha pasado una década entera, recuerdo nítidamente esa tarde.
"En mi corazón", dijo, "creo que la labor más perdurable e importante" del Departamento "es…proteger a los niños. Nuestros niños necesitan hogares, calles y escuelas seguros, donde puedan aprender y crecer para convertirse en miembros productivos de nuestra sociedad". Una década más tarde, aún creo esto con la misma fuerza y profundidad. Afortunadamente, todos ustedes también.
Tantos de ustedes ayudaron a realizar este trabajo - tanto los ganadores de premios que homenajeamos hoy, como los héroes callados que trabajan, de sol a sol, en recuperar a niños desaparecidos y reunir a familias. Muchos de los defensores aquí en este Gran Salón han convertido la tragedia en sus propios hogares en un compromiso, y una oportunidad, para ayudar a otras personas. Muchos de los agentes han encontrado maneras de combinar tecnologías innovadoras con métodos tradicionales de aplicación legal y recuperación, utilizando el Internet de maneras nuevas, sin jamás perder de vista el valor de golpear puertas y pegar carteles por toda la ciudad. Y todos ustedes han sido fuertes, comprensivos y muy determinados ante circunstancias devastadoras y probabilidades difíciles.
Y han logrado un cambio positivo. Hoy, homenajeamos a un agente especial del FBI que utilizó todas las técnicas de recuperación imaginables en un esfuerzo heroico por encontrar a una niña de 2 años de edad que le había sido quitada a sus padres; un Fiscal Federal Auxiliar que encontró la compasión y el coraje necesarios para garantizar la recuperación de una víctima de agresión sexual y el encarcelamiento de su victimario; y empleados de una oficina de correos que fueron más allá de su deber para recuperar a un niño de 9 años de edad secuestrado.
Estos ejemplos, por supuesto, son apenas un pequeña muestra de lo que personas dentro y fuera de este salón han logrado. Son tantas las historias alentadoras; y tantos los ejemplos inspiradores incontables. Sin embargo, en todos los casos, existe una cosa en común: personas que dedican su energía, su tiempo y su talento a ayudar a niños y familias necesitados.
Vale la pena repetir que brindar apoyo y promover este trabajo es, y seguirá siendo, una alta prioridad del Departamento de Justicia. Antes que a los medios, antes que a los especialistas, antes que a cualquier otra persona, las familias en crisis se dirigen primero a las fuerzas del orden público. Padres, abuelos y tutores desesperados entregan a estos agentes su confianza, así como sus esperanzas de volver a ver a sus niños desaparecidos. Es una responsabilidad extraordinaria, una que nuestra comunidad de las fuerzas del orden público cumple con gran velocidad, compasión y determinación.
Antes de hablar en este evento en el 2000, habíamos pasado los años anteriores conformando las bases para la transformación de nuestro enfoque para incidentes de niños desaparecidos. Después de que se fundó el Centro Nacional para Niños Desaparecidos y Explotados, nuestra nación vio aparecer organizaciones de caridad populares en cada estado. Y el Departamento de Justicia, también, tomó acciones audaces. En 1995, el Departamento lanzó la Unidad Especial de Agencias Federales y, en 1998, el Programa de Unidades Especiales de Delitos en el Internet contra Menores. Estas iniciativas ayudaron a solidificar asociaciones clave entre las fuerzas del orden público, familias y defensores - y permitieron un cambio de paradigma en nuestro enfoque para la resolución de este problema nacional.
Sin embargo, a lo largo de la última década, me enorgullece informar que han sido aun mayores nuestros logros. Por ejemplo, el Programa de Unidades Especiales de Delitos en el Internet contra Menores ha crecido de diez Unidades Especiales en 1998 a las 61 actuales. La Ley de Recuperación del año pasado invirtió $50 millones de dólares en iniciativas de Delitos en el Internet contra Menores. Y se han otorgado casi $250 billones de dólares a las Unidades Especiales para ampliar el número de investigadores, analistas y personal de apoyo en las líneas de frente de la labor para mantener a nuestros niños seguros.
La Unidad Especial de Agencias Federales ha crecido significativamente, y hemos mejorado nuestra labor para asegurar la pronta recuperación de niños desaparecidos y la agilidad en el castigo impuesto a sus secuestradores. Existen ahora Centros de Distribución de Información de Niños Desaparecidos en cada estado, y el Departamento trabaja con todos ellos para promover la colaboración y la comunicación. Y seguimos actualizando nuestros recursos y material impreso de apoyo para los padres y las familias. Habiendo dicho esto, deseo prestar reconocimiento a Patty Wetterling por ser coautora de la original Guía de Supervivencia Familiar [Family Survival Guide] – la que ha sido tan útil a tantas familias necesitadas – y por su reciente trabajo de modernización de la guía de 2010. Gracias, Patty.
En reuniones en todo el país hoy, no solo celebramos nuestro progreso, sino que también reflexionamos sobre el desaparecimiento que comenzó todo, y llevó a nuestra nación a tomar acciones tan necesarias: el secuestro de Etan Patz, de seis años de edad, del Bajo Manhattan, hace 31 años hoy. El 25 de mayo de 1979 comenzó como cualquier día normal - el desayuno sentados alrededor de la mesa, reuniendo materiales para la escuela. Luego, como en tantos casos muy trágicos, lo "normal" pasó rápidamente a ser una "pesadilla". La pérdida de Etan, y el dolor de su familia, ayudaron a que surgiera un compromiso histórico e inspiraron un movimiento nacional de niños desparecidos que permitió legislación nueva, nuevo entendimiento y nuevos métodos para encontrar a niños desparecidos y devolverlos a sus hogares.
Hoy, cada uno de ustedes homenajea la memoria de Etan, y las vidas de cada niño perdido y desaparecido, con su compromiso y sus aportes desinteresados.
La labor extraordinaria de nuestros premiados - y de los muchos defensores, formuladores de políticas, agentes de las fuerzas del orden público presentes hoy - han permitido que familia tras familia despertara de esas pesadillas y, cuando no había consuelo posible, les ayudó a recuperarse de una pérdida inimaginable.
En nombre del Departamento de Justicia, estoy orgulloso de considerarlos asociados a todos ustedes. Y estoy agradecido por su ayuda en lograr el progreso realizado a lo largo de la última década. Como dije en 2000 - y como sigo creyendo hoy - no existe prioridad más importante para nosotros, como representantes del sistema judicial de nuestra nación y protectores de nuestras comunidades, que devolver nuestros niños a sus hogares.
Gracias a todos. Y felicitaciones a los galardonados de este año.