Speech
Comentarios de la Fiscal General de los EE. UU. Loretta E. Lynch en la Conferencia de Prensa para Anunciar la Demanda contra el Estado de Carolina del Norte para Detener la Discriminación contra Personas Transgénero
Location
Washington, DC
Estados Unidos
Buenas tardes y gracias a todos por venir. Hoy me acompaña [Vanita] Gupta, líder de la División de Derechos Civiles del Departamento de Justicia. Estamos aquí para anunciar una importante acción legal relacionada con la Ley de Privacidad y Seguridad en las Instalaciones Públicas de Carolina del Norte, también conocida como Proyecto de Ley 2 [House Bill 2 (HB2)].
La Asamblea General de Carolina del Norte aprobó el Proyecto de Ley 2 en una sesión especial el 23 de marzo de este año. El proyecto de ley buscaba derogar una disposición antidiscriminatoria de una ordenanza aprobada recientemente en Charlotte, Carolina del Norte, además de requerir que personas transgénero en las agencias públicas usaran los baños de acuerdo con su sexo indicado al momento de nacer, en vez de los baños que se adecuan a su identidad de género. El proyecto de ley fue promulgado ese mismo día. Al hacerlo, la legislatura y el Gobierno colocaron a Carolina del Norte en oposición directa a las leyes federales que prohiben la discriminación con base en el sexo y la identidad de género. En concreto, crearon una situación de discriminación patrocinada por el Estado contra personas transgénero, los cuales simplemente buscan realizar una de las funciones más privadas del ser humano en un lugar seguro: un derecho que la mayoría de nosotros damos por sentado.
La semana pasada, nuestra División de Derechos Civiles notificó a funcionarios estatales que el Proyecto de Ley 2 violaba las leyes de derechos civiles federales. Les pedimos que certificaran antes del final del día de hoy que no cumplirían con ni implementarían la restricción del Proyecto de Ley 2 respecto al acceso a los baños. Carolina del Norte solicitó una extensión, que estaba siendo analizada activamente. No obstante, en vez de responder a nuestra oferta o brindar una certificación, el Estado de Carolina del Norte y su gobernador eligieron responder con una demanda al Departamento de Justicia. Como resultado de sus decisiones, ahora avanzaremos.
Hoy, estamos presentando una demanda federal de derechos civiles contra el Estado de Carolina del Norte, el gobernador Pat McCrory, el Departamento de Seguridad Pública de Carolina del Norte y la Universidad de Carolina del Norte. Solicitamos una orden judicial que declare inadmisiblemente discriminatoria la restricción respecto a los baños del Proyecto de Ley 2, así como una prohibición de su ejecución en todo el estado. Si bien la demanda actualmente busca una reparación declaratoria, quiero mencionar que conservamos la opción de limitar la financiación federal destinada al Departamento de Seguridad Pública de Carolina del Norte y la Universidad de Carolina del Norte a medida que prosiga este caso.
Esta acción tiene que ver con cosas que van mucho más allá de los baños. Tiene que ver con la dignidad y el respeto que les concedemos a nuestros conciudadanos y las leyes que, como pueblo y país, hemos promulgado para protegerlos a ellos y, de hecho, para protegernos a todos. Y tiene que ver con los ideales fundacionales que han llevado a este país –con vacilaciones, pero inexorablemente– hacia la justicia, la inclusión y la igualdad para todos los estadounidenses.
Esta no es la primera vez que hemos observado respuestas discriminatorias a momentos históricos de progreso para nuestro país. Las observamos en las leyes de Jim Crow luego de la Proclamación de Emancipación. Las observamos en la resistencia feroz y generalizada a Brown versus la Junta Educativa. Y las observamos en la proliferación de prohibiciones estatales a uniones de personas del mismo sexo con la intención de ahogar cualquier esperanza de que estadounidenses gays y lesbianas puedan algún día gozar del derecho a casarse. De más está decir que ese derecho ahora se reconoce como una garantía consagrada en nuestra Constitución, y, después de ese triunfo histórico, hemos visto un proyecto de ley tras otro en un estado tras otro apuntar a la comunidad LGBT. Algunas de estas respuestas reflejan el claro miedo humano a lo desconocido, y una incomodidad ante la incertidumbre del cambio. Pero este no es el momento de actuar por miedo. Este es el momento de reunir nuestras virtudes nacionales de inclusividad, diversidad, compasión y apertura mental. Lo que no debemos hacer –lo que no debemos hacer nunca– es volvernos en contra de nuestros vecinos, familiares o conciudadanos por algo que no pueden controlar, y negar lo que los hace humanos. Es por eso que ninguno de nosotros podemos quedarnos con los brazos cruzados cuando un estado comienza a legislar la identidad e insiste en que las personas finjan ser algo que no son o inventa un problema que no existe como pretexto para la discriminación o el acoso.
Y ahora quisiera dirigirme al pueblo del gran estado, ese bello estado, mi estado de Carolina del Norte. Les dijeron que esta ley protege a sectores vulnerables de la población de daños, pero esto simplemente no es así. Lo que esta ley sí hace es someter a humillaciones adicionales a un sector de la población que ya ha sufrido más de lo que le corresponde. Esta ley no le brinda ningún beneficio a la sociedad: lo único que hace es lastimar a estadounidenses inocentes.
En vez de alejarnos de nuestros vecinos, amigos y colegas, aprendamos de nuestra historia y evitemos repetir los errores de nuestro pasado. Reflexionemos sobre la lección evidente pero a menudo pasada por alto de que la discriminación sancionada por el Estado nunca luce bien a posteriori. No hace tanto tiempo había estados, entre ellos Carolina del Norte, que tenían carteles sobre los baños, las fuentes y las instalaciones públicas que prohibían la entrada a las personas con base en una distinción sin diferencia. Ya superamos esos días oscuros, pero no sin dolor y sufrimiento y una lucha continua para seguir avanzando. Escribamos una historia diferente esta vez. No actuemos por miedo e incomprensión, sino con base en los valores de inclusión, diversidad y aprecio por todo lo que hace grande a nuestro país.
Finalmente, me gustaría dirigirme directamente a la propia comunidad transgénero. Algunos de ustedes viven con libertad desde hace décadas. Otros todavía se preguntan cómo pueden vivir la vida que nacieron para vivir. No obstante, sin importar cuán aislados o asustados se sientan hoy, el Departamento de Justicia y todo el gobierno de Obama quieren que sepan que los vemos, los apoyamos y haremos todo lo que podamos para protegerlos de cara al futuro. Quiero que sepan que la historia está de su lado. Este país se fundó sobre la promesa de igualdad de derechos para todos, y siempre hemos logrado acercarnos a esa promesa, poco a poco, día a día. Quizás no sea fácil... pero llegaremos juntos.
Quiero agradecer a mis colegas en la División de Derechos Civiles, que han dedicado muchas horas a este caso hasta el momento y dedicarán muchas más para sacarlo adelante. Y ahora, quisiera cederle la palabra a Vanita Gupta, cuyo firme liderazgo en este tema y tantos otros ha sido esencial para la labor del Departamento de Justicia.
Tema
Civil Rights
Agencia
Actualizado 5 de febrero de 2025