Comentarios del Secretario de Justicia de los Estados Unidos Eric Holder en la conferencia de prensa sobre consumo de sustancias opiáceas
Montpelier, VT
Estados Unidos
Gracias, Senador Leahy, y buen día a todos. Es un placer estar aquí. Y es un privilegio trabajar junto a tantos importantes líderes, defensores y asociados para actualizar nuestro enfoque e incrementar nuestra eficacia para combatir una de las mayores epidemias de seguridad y salud públicas de nuestra era: el consumo de sustancias opiáceas. Gracias a todos por formar parte del debate de hoy y por el trabajo que hacen todos los días para fortalecer nuestras comunidades y salvar vidas.
Quiero realizar un agradecimiento especial a Tris Coffin y su equipo por recibirnos hoy aquí y por organizar esta conferencia. Desde que asumió como Fiscal Federal el año pasado, Tris ha trabajado sin tregua para generar conciencia sobre el problema creciente del consumo de drogas opiáceas y forjar las asociaciones necesarias para revertir las tendencias actuales. Los participantes del debate de hoy – hacedores de políticas y jefes de policía; agentes de las fuerzas del orden público y proveedores de servicios médicos; educadores e investigadores; médicos, profesores y padres – son prueba de esta capacidad de reunir a las personas indicadas, con los conocimientos indicados, en una causa común.
A la hora de prevenir, reducir y combatir con eficacia el consumo de drogas – y, en particular, el consumo de medicinas con base opiácea – no existe un solo camino correcto. Y, lamentablemente, tampoco existe una sola solución o una solución infalible. Para lograr proteger la salud y seguridad de nuestras comunidades, para darles a nuestros vecinos – y especialmente a nuestros hijos – la información que necesitan para tomar buenas decisiones, necesitamos diversidad de perspectivas y enfoques.
Muchos de ustedes ya se han comprometido a dedicarse de lleno a esta labor y lo están haciendo. Y estoy hoy aquí para decirles que estoy con ustedes.
Para mí, el tema del consumo de drogas, y la lucha contra la delincuencia y la violencia alimentada por las drogas, ha sido una inquietud personal y profesional desde hace décadas. Como fiscal, como juez, como Fiscal Federal y como Secretario de Justicia Adjunto, tratar las causas y consecuencias del consumo de drogas fue uno de los principales ejes de mi trabajo. Actualmente, como Secretario de Justicia de los Estados Unidos, y como padre, sigue siendo una de mis principales prioridades.
Esta mañana, deseo hablarles sobre la labor más reciente del Departamento de Justicia en esta área. Pero primero, quiero dejar en claro que esta labor, y esta lucha, deben ir más allá del Departamento de Justicia, más allá de nuestra red de Fiscalías Federales y más allá de la comunidad de las fuerzas del orden público. Cuento con asociados en todos los niveles del gobierno y en un amplio rango de disciplinas profesionales para que ayuden al Departamento de Justicia a cumplir con sus obligaciones de combatir el delito y garantizar que todos los estadounidenses tengan la oportunidad de mejorar su vida y cumplir su potencial.
Cumplir con nuestras responsabilidades – para con nosotros mismos y para con los demás, hacia las comunidades necesitadas y con nuestros vecinos en crisis, y para con el número alarmante de niños y jóvenes en riesgo de quedar atrapados en el infierno de la drogadicción – depende de las prioridades que fijemos hoy. Depende del compromiso que hagamos hoy. Y depende de nuestra capacidad de observar – con claridad y profundidad – lo que enfrentamos.
En la actualidad, el abuso de medicamentos bajo receta es considerado el problema de drogas de mayor crecimiento en el país. Y los analgésicos a base de opiáceos están entre las drogas abusadas con mayor frecuencia. Dado que estos medicamentos pueden ser eficaces en el tratamiento del dolor grave, son producidas por empresas legítimas y pueden ser recetadas legalmente, muchos se equivocan y consideran que estas drogas son “seguras”. Pero, como saben, pueden ser dañinas – y hasta fatales – cuando se usan de manera incorrecta.
En las últimas dos décadas, las recetas de drogas a base de opiáceos han aumentado de $40 millones a $180 millones. Entre 2004 y 2008, el número de visitas de emergencias a departamentos relacionadas con el uso no médico de analgésicos narcóticos aumentó de casi 150,000 a más de 300,000: un incremento del 111 por ciento.
Como destacó Tris, entre 1998 y 2008, se produjo un incremento del 400 por ciento en el ingreso para tratamiento de pacientes que abusaban principalmente de analgésicos bajo receta. Y, en la última década, se triplicó el número de intoxicaciones fatales relacionadas con drogas a base de opiáceos como oxicodona y metadona.
Las últimas investigaciones muestran que la cantidad de personas de este país que prueban medicamentos bajo receta para fines no médicos supera el número de usuarios primerizos de marihuana. El mes pasado, más de 6 millones de estadounidenses usaron medicamentos bajo receta para fines no médicos. Y, en el último año, uno de cada siete adolescentes consumió medicamentos bajo receta para drogarse.
Detrás de estas estadísticas están las historias que ustedes mismos han visto y que escucharán hoy aquí: historias de vidas destruidas y comunidades y campus universitarios devastados por las consecuencias de la drogadicción.
Entonces, ¿cómo podemos hacer para combatir un problema tan extendido? ¿Cómo podemos proteger a nuestras comunidades? ¿Cómo podemos evitar futuras tragedias?
Esas son preguntas que no se pueden contestar fácil o rápidamente.Pero pueden tener respuesta: los problemas creados por el hombre son susceptibles a soluciones creadas por el hombre. Podemos – y debemos – comenzar a responderlas uniéndonos, compartiendo información con mayor eficacia, usando nuestros recursos limitados con mayor sabiduría y teniendo en claro qué enfoques funcionan y dónde se pueden realizar mejoras.
A pesar de los desafíos que enfrentamos, hay razones para ser optimistas.Las investigaciones demostraron que las iniciativas de control dirigidas funcionan. Las buenas políticas regulatorias funcionan. La asistencia educativa funciona. Los programas de prevención y tratamiento de la drogadicción de alta calidad funcionan. Es decir, con una estrategia integral multifacética, está a nuestro alcance ayudar a quienes más nos necesitan.
Podemos quedarnos tranquilos de que esta labor es una de las prioridades en todo el gobierno. En mayo, el Presidente Obama divulgó una nueva Estrategia Nacional de Control de Drogas que fija metas claras para la reducción del consumo de drogas. Mientras el Departamento de Justicia toma medidas para implementar esta estrategia, nuestras iniciativas se enfocan en soluciones de educación, tratamiento, control y política, y reflejan lo que hemos aprendido en el campo y gracias a los investigadores más importantes.
Antes que nada, sabemos que debemos educar a los médicos.Los médicos y proveedores de servicios médicos pueden ser una de nuestras mejores líneas de defensa: pero solo si saben por qué puede ser necesario tomar precauciones adicionales al recetar analgésicos opiáceos. También deben saber cómo reconocer y tratar los síntomas de abuso de medicamentos bajo receta. Y, donde estén disponibles, deben usar la información provista por los Programas de Monitoreo de Medicamentos bajo Receta estatales.
Hasta la fecha, 34 estados – entre ellos Vermont – han establecido Programas de Monitoreo de Medicamentos bajo Receta, que han demostrado ser eficaces en la lucha contra la “compra de médicos”. Y me complace el hecho de que, en este año fiscal, el Departamento de Justicia brindará $7 millones de dólares en apoyo a Programas de Monitoreo de Medicamentos bajo Receta. De esa cifra, más de $5 millones de dólares serán entregados a estados.
Segundo, nuestras iniciativas de asistencia también deben ayudar y alentar a las personas a limpiar sus comunidades limpiando sus botiquines. Encuestas recientes muestran que más de la mitad de quienes admiten abusar de los analgésicos bajo receta dice haber obtenido las drogas "de un amigo o familiar gratuitamente", no de su propio médico. Sin lugar a duda, consumir medicamentos viejos sin usar o vencidos tomados de botiquines es muy peligroso.
Es por eso que el sábado 25 de septiembre, la Administración de Control de Drogas [Drug Control Administration (DEA)] está patrocinando la primera iniciativa nacional de "recuperación" de medicamentos.En lugares de recolección de todo el país, se podrán dejar medicamentos bajo receta para que sean desechados de manera segura: sin costo alguno y sin hacer preguntas. Aquí en Vermont, habrá alrededor de 50 lugares de recolección y les pido a todos que hagan correr la voz.
Tercero, debemos brindar las herramientas y el apoyo necesarios para que los agentes de las fuerzas del orden público investiguen las fuentes de suministro de drogas y generen conciencia sobre los indicios y peligros del abuso de los medicamentos bajo receta.
Un enfoque prometedor para cortar la cadena de suministro es el envío de Escuadrones de Desviación Táctica, que la DEA creó para maximizar los recursos de las fuerzas del orden público federales, estatales y locales. En 37 ciudades, hasta ahora, estos escuadrones están investigando los principales puntos de desviación de drogas.En lo que va del año, han sido responsables de la confiscación de más de $62 millones de dólares en ganancias y bienes y han ayudado a cerrar clínicas del dolor, conocidas como “fábricas de pastillas”, redes de falsificación de recetas y farmacias en línea ilegales.
Además de investigaciones y enjuiciamientos, nos enfocamos en la prevención: y el Departamento se enorgullece de trabajar con la Asociación para un Estados Unidos Libre de Drogas para desarrollar programas destinados a ayudar a los agentes de las fuerzas del orden público a educar a las personas y comunidades a las que sirven.
Cuarto, debemos garantizar la disponibilidad y accesibilidad de programas de tratamiento de la drogadicción de alta calidad. Todos hemos visto el papel que la adicción a menudo juega en el delito, el encarcelamiento y la reincidencia. Y debemos romper este ciclo. Uno de los lugares donde estamos teniendo un gran éxito es en nuestros tribunales de drogas.Colaborando con agencias de servicio social y salud pública para tratar problemas subyacentes como la adicción y las enfermedades mentales, los tribunales de drogas están reduciendo la reincidencia. También están generando importantes ahorros de costos: un promedio de más de $1,300 dólares por participante.
Por último, además de programas eficaces, debemos apoyar mejoras regulatorias y de política. Como vimos con la Ley Ryan Haight de Protección de Consumidores Farmacéuticos en Línea, que entró en vigencia a principios del año pasado, las iniciativas federales bien analizadas pueden funcionar. Esta nueva ley ha tenido un impacto significativo en la reducción del número de farmacias ilegales en el Internet y, a su vez, en la accesibilidad de muchos medicamentos.
También debemos apoyar políticas que permitan que los consumidores de medicamentos desechen sustancias controladas de manera segura, a través de medios especificados por la DEA.Por más que resulte extraño, las leyes actuales no se ocupan de este tema.Deberían hacerlo.
Ahora bien, sé que he tocado muchos temas hoy, pero hay mucho por hacer en la lucha contra el abuso de los medicamentos bajo receta y las consecuencias devastadoras de la adicción a los opiáceos. De eso se trata esta conferencia: de identificar las soluciones que necesitamos y determinar dónde enfocarnos y cómo podemos fortalecer nuestras iniciativas.
Solo con su presencia hoy aquí, han demostrado su compromiso con resolver un problema que – lisa y llanamente – determinará el futuro de vidas, familias y comunidades en todo el país. Yo comparto ese compromiso. Y creo que, juntos, podemos crear una nación más segura y saludable.
De parte del Departamento de Justicia, espero trabajar con ustedes en los días cruciales que nos esperan. Le agradezco a cada uno de ustedes.Nuestra nación cuenta con ustedes.
Gracias.