Contenido Relacionado
Comunicado de prensa
Comunicado de prensa
Philadelphia, PA
Estados Unidos
Comentarios preparados para discurso:
Gracias, Laurie, por tus gentiles palabras y, lo que es más importante, por tu gran liderazgo. Tenemos la suerte de tenerla de vuelta a cargo de la Oficina de Programas Judiciales, y yo lo agradezco especialmente. También quiero reconocer el gran trabajo que realiza Barney Melekian como Director de la Oficina de Servicios de Policía con Orientación Comunitaria [Community Oriented Policing Services (COPS)] del Departamento de Justicia. Muchos de ustedes también tienen el placer de trabajar de cerca con Barney y su equipo y me alegra enormemente que esté hoy aquí con nosotros.
Permítanme agradecer a mi amigo, Chuck Wexler, por invitarme a estar hoy con ustedes. Me complace estar aquí. Y es excelente volver a estar en una misma ciudad, aunque sea brevemente, con mi viejo amigo, el Comisionado Ramsey. Cuando me desempeñé como Secretario de Justicia Adjunto, tuve la oportunidad de trabajar de cerca con el Jefe Ramsey. No exagero al decir que su mandato como jefe de policía de D.C. transformó la capital de nuestro país. Tuvo las agallas necesarias, no solo para lograr resultados medibles en la lucha contra el delito, sino también para reformar, modernizar y fortalecer el departamento de policía del Distrito. El éxito que supervisó fue extraordinario. Y, aquí en Filadelfia, está logrando los mismos resultados.
Hoy nos reunimos para analizar maneras de hacer que este tipo de éxito no solo sea posible, sino también probable. El compromiso del Foro Ejecutivo de Investigación de la Policía [Police Execute Research Forum (PERF)] es evidente. A lo largo de los años, he tenido el privilegio de trabajar con muchos de ustedes. Y he tenido el placer de observar a esta organización expandir su membresía, su alcance, su investigación y su impacto: en departamentos de policía grandes y pequeños, urbanos y suburbanos, tribales y rurales.
El PERF ha pasado a ser una de las principales voces para establecer políticas destinadas a reducir los tiroteos con agentes, incrementar la diversidad en nuestras filas y lograr un enfoque renovado en la responsabilidad y la transparencia dentro de sus departamentos. Al promover herramientas de última generación y nuevas tecnologías, así como también un regreso a estrategias fundamentales de vigilancia policial comunitaria, ustedes han tenido éxito en el combate de la delincuencia violenta en todo el país. En pocas palabras, las personas que se encuentran en este salón han ayudado a llevar la vigilancia policial en los Estados Unidos a un nuevo nivel muy destacado. Y la caída histórica que hemos observado en los índices de delincuencia del país son una función de políticas que ustedes han defendido.
Esta mañana, estoy deseoso de comentar los avances que sé que seguirán haciendo. Pero también estoy aquí para pedirles su ayuda para construir el futuro que todos buscamos. Al mirar hacia ese futuro, recuerdo las palabras eternas del ciudadano más sabio de la historia de Filadelfia, Benjamin Franklin: "Hoy", dijo una vez, "es el alumno del ayer".
Entonces, ¿cómo era el ayer? Para ustedes – y para mí – comenzó en 1976, el año en que se lanzó el PERF. También fue el año en que me uní al Departamento de Justicia como un joven fiscal en la Sección de Integridad Pública.
Era una época difícil para las fuerzas del orden público de todas partes, como podemos recordar todos los que tenemos algunas canas. En las décadas de 1960 y 1970, el índice general de delincuencia en los Estados Unidos había aumentado a más del quíntuple. Los delitos violentos casi se habían cuadruplicado. El índice de asesinatos se había duplicado. El consumo de drogas ilegales había sufrido un aumento repentino. Y las prisiones estaban repletas.
De cara a estos desafíos, 10 líderes de agencias estadounidenses de las fuerzas del orden público se unieron por primera vez. Ellos creían que, al fomentar el debate y la colaboración entre ejecutivos policiales, podían construir mejores fuerzas policiales en todo el país. Tenían razón. Y, lo que es igual de importante, ellos eran optimistas y se guiaban por una firme convicción de que su profesión podía evolucionar.
Hoy, vemos que su debate inicial se ha convertido en un diálogo vibrante a nivel nacional. Y que esa primera chispa de optimismo ha infectado a muchos de quienes están en este salón, y muchas otras personas fuera de él. Desde D.C. hasta Buffalo, desde territorios indígenas hasta Santa Ana, el liderazgo del PERF ha ayudado de manera medible – y en muchos casos, drásticamente – a mejorar la seguridad de nuestras comunidades.
Aun en medio de una recesión – y los desafíos presupuestarios que comentaron esta mañana – la delincuencia violenta cayó en más de 6 por ciento en la primera mitad de 2009. Los índices de ocurrencia de casi todas las categorías de delito disminuyeron. Los asesinatos cayeron un 10 por ciento en todo el país: un 20 por ciento en D.C. y casi un 30 por ciento en L.A. Aquí en Filadelfia, los delitos graves cayeron al punto más bajo en más de tres décadas y los delitos violentos alcanzaron el punto más bajo en 21 años. Estos son logros históricos. También prueban que algo funciona: y funciona bien.
Pero, como bien saben, a menos que comprendamos exactamente qué es lo que funciona – y por qué – nos arriesgamos a perder nuestro control sobre el progreso que logramos. Nos arriesgamos a volver a un pasado del que queremos aprender, pero al que no queremos regresar.
Al apoyar las investigaciones profesionales de la policía, la experimentación y el intercambio de ideas, el PERF está encabezando una tarea nacional destinada a descubrir las respuestas que necesitamos. Por ejemplo, hemos aprendido que algunas de nuestras fuerzas policiales más exitosas han establecido como una de sus principales prioridades a la extensión comunitaria, trabajando día a día, calle por calle, para fomentar una mayor confianza entre los agentes y los ciudadanos a los que sirven. Su investigación genera conocimientos poderosos y procesables que promueven una mejor policía. Ha ayudado a crear una nación más segura, un sistema de justicia más transparente y responsable y, en mi opinión, un Departamento de Justicia más eficaz.
Esta labor – como todo buen trabajo policial – no se realiza de manera aislada. Se realiza mediante asociaciones. Buscando más maneras de trabajar juntos, sé que desarrollamos aún más sus logros. Y creo que logramos cumplir nuestros objetivos en común.
Para el Departamento de Justicia, el establecimiento de los principales objetivos para este año y los años venideros comenzó con un objetivo directo: volver a las bases. Comenzamos dando nuevo vigor a las misiones tradicionales del Departamento y volviendo a fomentar valores de integridad, independencia y transparencia en todo lo que hacemos.
Evidentemente nuestra principal prioridad es proteger nuestra seguridad nacional y la seguridad de todos los estadounidenses. Pero también estamos enfocados en los deberes fundamentales de las fuerzas del orden público de luchar contra la delincuencia, proteger los derechos civiles, preservar el medio ambiente y asegurar la justicia en nuestros mercados. Hasta ahora, hemos tenido grandes progresos en la apertura de nuevos canales de comunicación con otras dependencias y con nuestros asociados en el campo y con muchos de los líderes que están reunidos hoy aquí. En los próximos meses, planeamos hacer especial hincapié en iniciativas ideadas para luchar contra los delitos económicos, la delincuencia organizada a nivel internacional, la violencia juvenil y la explotación infantil.
La eficacia de estos proyectos también depende de la participación de nuestros asociados de las fuerzas del orden público. Ustedes son la primera, y a menudo la mejor, antena para detectar el fraude, el tráfico y la violencia. Ustedes están en el frente. Ustedes saben qué funciona. Saben qué no funciona. Y, honestamente, dependemos de la información y los conocimientos que solo ustedes pueden brindar.
En particular, les pediremos su asistencia en nuestras tareas renovadas de control de drogas: un trabajo que es el motor de un enfoque optimizado en México y nuestra frontera sudoeste. Hasta la fecha, el Departamento ha lanzado una serie de iniciativas dirigidas a enfrentar las amenazas que representan los carteles mexicanos, organizaciones delictivas complejas, contrabandistas de armas, drogas y efectivo, y quienes intentan cruzar a nuestro país de manera ilegal.
Algunos de ustedes trabajan a lo largo de nuestra frontera sudoeste. Ustedes saben, al igual que yo, que simplemente no podemos darnos el lujo de ignorar el problema de la inmigración ilegal. Es por eso que estamos trabajando para asegurarnos de que el gobierno federal cumpla con su responsabilidad de crear y hacer valer leyes eficaces de inmigración.
El Presidente Obama ha señalado su compromiso con una reforma inmigratoria integral. Y el gobierno ha logrado avances importantes para trabajar con los potenciales arquitectos de la legislación inmigratoria del Senado y con líderes al nivel local. Sé que el PERF ha formado parte de este proceso, ofreciendo investigación y conocimientos sobre los singulares desafíos que presenta nuestro sistema inmigratorio averiado a las fuerzas del orden público. Su participación es importante. Y sus perspectivas serán cruciales para ayudar al gobierno a encontrar una solución viable para las millones de personas que están en nuestro país sin estado legal.
Al promover y buscar reformas, el Departamento se seguirá enfocando en dos objetivos clave: cumplir nuestra obligación de hacer valer leyes de inmigración actuales; y honrar nuestro compromiso de proteger los derechos civiles. No obstante, una ejecución eficaz por sí sola no alcanzará para resolver los problemas actuales. También necesitamos obtener la cooperación de las comunidades en las que se establecen inmigrantes ilegales, y otras personas que violan la ley. Evidentemente esto se logra con un trato justo a los residentes de la comunidad.
Hoy, cada vez más investigaciones sobre justicia procesal nos muestran que la legitimidad en los ojos de miembros de la comunidad es un elemento central de un trabajo policial eficaz. Estamos observando que el resultado de las interacciones con la policía les importa mucho menos a los residentes – y hasta a los autores de los delitos – que la naturaleza de estas interacciones. Es decir, un arresto no condena la relación de las fuerzas del orden público con las personas a las que sirven. Pero una interacción desafortunada o demasiado acalorada sí puede hacerlo. Laurie y su equipo actualmente están explorando este tema en mayor profundidad a través de su Iniciativa de Integración de Evidencia. Dentro de nuestra oficina de COPS, Barney ha distribuido recursos para analizar con mayor detenimiento estos temas. Y sé que dependeremos del trabajo que está realizando el PERF para informar nuestra base de conocimiento.
Mientras trabajamos juntos para cumplir con nuestros objetivos en común, permítanme hacerme eco de la promesa de Laurie de que el Departamento también trabajará para asegurarse de que ustedes cuenten con los recursos y el apoyo que necesitan para realizar su trabajo y cumplir con sus responsabilidades. Estamos comprometidos con su éxito, así como también con su seguridad.
A principios de este año, anuncié que $11 millones de dólares del acuerdo conciliatorio con Zylon se destinarían a nuestro Programa de Asociación de Chalecos Antibalas. Calculamos que esta inversión brindará aproximadamente unos 26,000 chalecos antibalas adicionales para agentes de las fuerzas del orden público este año. También me complace informar que el Instituto Nacional de Justicia [National Institute of Justice (NIJ)] sigue logrando progresos significativos con su Iniciativa de Seguridad con Armaduras. Como muchos de ustedes saben, el PERF ha estado trabajando de cerca con el Departamento en este tema. De hecho, el PERF llevó a cabo la Encuesta Nacional sobre Armaduras del año pasado y ha recibido un subsidio del NIJ para realizar investigaciones adicionales sobre armaduras este año.
Habiendo dicho eso, quiero dejar en claro una cosa: No hay nada más básico, o importante, para nuestro trabajo que mantener seguros a nuestros agentes de las fuerzas del orden público. En todos los niveles del Departamento – y en cada rincón de nuestro país – se combatirán los actos de violencia contra las fuerzas del orden público. Estos actos serán enjuiciados. Y serán castigados.
La protección de la seguridad de las fuerzas del orden público, y de las personas a las que ustedes sirven, siempre debe ser una de las principales prioridades del Departamento de Justicia de nuestro país. Nadie resumió la razón mejor que mi amigo Chuck Ramsey. Hace dos años, le dijo al Comité Judicial del Senado – un grupo ante el cual tuve el privilegio de hablar ayer – que, cito: "Ninguna comunidad prospera o siquiera sobrevive sin seguridad. La seguridad es la razón originaria por la que las personas se unen para gobernarse a sí mismas".
Pero apoyar la seguridad, como Chuck bien sabe, no solo se trata de distribuir dinero o poner más agentes en la calle. Eso forma parte de la seguridad, obviamente. Pero, a fin de cuentas, no es nada sin el trabajo que ustedes realizan todos los días para construir fuerzas policiales más inteligentes, no solo más grandes. Es el trabajo que ustedes llaman "desarrollo de mejores prácticas". Pero que yo llamo "liderazgo".
Con sus hermanos y hermanas uniformados, espero que ustedes desarrollen este liderazgo en los días venideros. Espero que mantengan su asociación sólida y esencial con el Departamento de Justicia. Y espero que coincidan conmigo en que, juntos, podemos construir un país mejor.
Muchísimas gracias a todos.